Frida no lo merecía. La afición tampoco. México rascó un sufrido triunfo que casi nos deja con un infarto en el corazón. Al final, sufrida victoria. Pero qué necesidad.
Microinfarto de México en una sufrida victoria de 3-1 ante Trinidad y Tobago
El Tri caía 1-0 con los caribeños pero logró darle la vuelta al marcador en 15 minutos.
El Tri sumó tres puntos, pero volvió a dejar una seria duda de credibilidad. El cuadro azteca se despidió de una manera agónica frente a su gente en el último partido en territorio mexicano de este Hexagonal. De paso, mantuvo el invicto, su lucha por el récord de puntos en una eliminatoria y la pelea por acabar primero de la tabla.
Y es que dónde el fútbol les falló, la entrega y el deseo pudieron más. Regresaron de un 0-1 no con argumentos futbolísticos, sino con el corazón en la mano como si el rival de la noche hubiera sido Brasil y no un conjunto caribeño limitado y con pocas ganas de ser.
Fue el mejor mexicano en Europa el que le salvó el trabajo al colombiano. Cuando el Tri se ahogaba en presión y se quedaba sin ideas, llegó una gran jugada de Hirving Lozano para dar un punto que supo a gloria. Después, un gol a lo Chicharito, con la nuca, le dio a México el 2-1 definitivo.
A saber si el público de San Luis lo que quería era fútbol o divertirse por su cuenta con el pretexto del Tri y de un juego de eliminatoria mundialista, pero lo mejor de la noche fue una afición entregada y entusiasta.
Que ya había dado muestra de ello, el jueves por la tarde cuando la Selección Mexicana arribó a tierra potosina entre vítores y cánticos.
Pero su coronación como amo de la noche llegó en los saques de meta y dónde no habían podido erradicar el grito 'ehhhh put...' ellos lo transformaron en 'ehhh México', al menos la mayor parte de los 90 minutos.
Puño en alto, llegó un sentido minuto de silencio que le arrancó lágrimas a la gente que estaba y la que no estaba en el estadio, incluidos los propios jugadores.
En lo que fue el juego, México no llegaba, tenía la pelota, pero no generaba peligro. Lo mejor de los primeros 30 minutos de juego llegó con dos pelotas paradas. Poco más, nada.
Cuando el primer tiempo agonizaba, Chicharito desperdició la primera de varias que tuvo en el encuentro. Hernández padeció, pero así es el atacante del West Ham, falla 20 y te clava una.
En el segundo tiempo, la tendencia se mantuvo con una pifia, a lo Chicharito, del 14 azteca. Luego, otro fallo más de Héctor Herrera.
A los 65 minutos, el miedo que invadió a México gracias a un contragolpe de Shahdon Winchester que acabó en gol tras un error de Reyes y Salcedo.
El gol despertó a México. Le enseñó que el partido no era amistoso, sino un partido oficial sobre todo, que una derrota haría olvidar que la selección ya estaba en Rusia.
Tras una pelea que casi deja sin cabeza, literalmente a Layún, llegó el despertar de México.
Hirving Lozano, recién ingresado, empató el juego tras una estupenda jugada individual. Luego de ese frenesí que llevó a Osorio a besar la cabeza del Chucky, llegó la cascada de goles.
Primero, un gol con la nuca de Chicharito, el cual le daba a México ese triunfo que nunca se debió dudar.
Luego, ya en el final del encuentro, un golazo de Héctor Herrera para sellar todo con un 3-1 definitivo.
México llega a 21 puntos y se queda con la punta del torneo. Los 24 puntos se quieren y se deben lograr el siguiente martes en San Pedro Sula.