El inicio del Hexagonal era desalentador para México. Dos visitas seguidas, una en el impenetrable Columbus de Estados Unidos y después en el cada vez más complicado Rommel Fernández de Panamá, auguraban el peor y a la vez normal de los presagios.
Un triunfo ante Panamá le daría al Tri la mitad de puntos que sumó en el Hexagonal pasado
Rumbo a Brasil, México apenas conquistó 11 puntos de 30 posibles; de ganar en el Rommel Fernández, llegaría a seis unidades.
El Tri sufre siempre en el Hexagonal, y el mejor ejemplo es que salvo en el camino rumbo a Francia y rumbo a Alemania, siempre se ha cambiado de entrenador en el mismo torneo.
Apenas el Hexagonal anterior rumbo a Brasil, el Tri tuvo cuatro distintos entrenadores y una actuación por demás deplorable: 11 puntos de 30 posibles.
Sin mucha confianza en Juan Carlos Osorio, el pronóstico era de uno o máximo tres puntos en las dos primeras fechas del torneo, sin embargo, el sol salió, hubo luz y los jugadores le cerraron la boca a muchos detractores con el triunfo frente a Estados Unidos.
La situación cambia mucho, y es que si el Tri vence el siguiente martes a Panamá en el Rommel Fernández, alcanzaría la perfecta suma de seis puntos de seis posibles.
El detalles es que con esas unidades, México sumaría en dos fechas más de la mitad de las unidades que cosechó en 10 jornadas dentro del Hexagonal final.
En el proceso pasado, el Tri sumó cinco puntos como visitante: un triunfo en Kingston ante Jamaica, un empate en San Pedro Sula ante Honduras y una nueva igualdad en Ciudad de Panamá ante los canaleros, su próximo rival en la eliminatoria.
El camino recién empieza, pero parece que en este Hexagonal, el sol pinta para salir muy temprano. Si es así, tocará trabajar mucho para ir al Mundial, tal vez caminando sea imposible, pero si a paso firme, y no sufrir como sucedió exactamente hace cuatro años.