Opinión Deportes

    Hasta el Fondo | El verdadero Rey León

    Luego de haber conquistado Europa, Zlatan Ibrahimovic llega a Los Angeles para convertirse en la nueva estrella mediática de la MLS


    Por:
    Raúl Guzmán.


    Imagen La Galaxy


    Podría ser solo un gran jugador de futbol, pero es más que eso, es un ícono, es una marca, es un personaje, es un símbolo. Es un león, un rey, un dios.

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    Podría ser solamente uno de esos atletas con más ego que talento y más boca que cerebro, pero cada una de sus polémicas palabras y cada uno de sus candentes retos han sido respaldados y sustentados con creces en una cancha.

    Podría ser solamente uno más de esos jugadores al borde del retiro en busca de dólares, pero ha demostrado ser una máquina de ganancias que no necesita un puñado más de verdes, y encima de eso no será ni de cerca uno de los mejores pagados de la Liga que será su próximo destino.

    Podría ser solo uno de esos personajes que buscan fama y un mejor estilo de vida, pero él ha vivido ya al nivel de una súper estrella en Ámsterdam, París, Barcelona o Manchester, por lo que el sueño de Hollywood luce como algo insignificante tras lo que ya ha conseguido.

    Podría ser solo un Rey, pero él prefiere ser un dios.

    Podría ser solo una persona normal, pero no, él es más que eso, es un león "y los leones no se comparan a sí mismos con los simples humanos". El es Zlatan.

    El mismo que se dio el lujo de desafiar a Cantoná o, mejor aún, al laureado Pep Guardiola y cuestionar sus métodos y su sabiduría casi divina. El mismo que ha jugado en los equipos que ha querido y en todos ha respondido con goles y con pasión y con amor u odio, pero jamás con indiferencia.

    Es el mismo que tras cansarse de ganar en el PSG llegó de la mano de Mourinho a demostrar en el Manchester United que seguía siendo un fuera de serie y que podía con cualquier liga, y que ha sido capaz de recuperarse de una lesión severa a los 36 años para continuar con su legado.

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    Ibrahimovic es ese que le dijo adiós a su Selección, pero que aún mantiene en vilo a todos en su país y al mundo del futbol preguntándose si levantará de nuevo un dedo ahora que Suecia está en el Mundial, lo que obligaría al técnico a llevarle prácticamente sin más opción, o si su gran ego se lo impedirá y verá lo que pase en Rusia desde el televisor.

    Y que nadie se atreva a compararlo con Pirlo, con Lampard, con Gerard, ni siquiera con Beckham, solo por mencionar algunos de los grandes relumbrones que han pasado a cobrar su fondo de ahorro para el retiro en la MLS, porque ninguno de ellos fue tan brutal, tan despiadado, tan goleador, tan sui géneris.

    Él viene porque puede y porque quiere y porque se le da la gana.

    Y va a romper redes hasta cansarse y decidirá cuántos goles anotará y cómo y hasta cuándo.

    No viene a retirarse sino a retirar a más de uno. No viene por fama, pero ya tiemblan las Kardashian porque se irá seguro con alguna que otra película y serie. No viene por dinero, pero los tres millones de dólares por dos años que percibirá por sueldo no son ni la propina de lo que en realidad ganará si se suman contratos por imagen y muchas prestaciones más.

    A él no le importa si el Galaxy olvidó la nueva política de la liga de contratar jugadores jóvenes con futuro en lugar de estrellas de salida, y tampoco le preocupa si te gusta su decisión de jugar en Estados Unidos, porque tarde a temprano terminarás aplaudiéndolo y admirándolo o tal vez odiándolo, pero hablando de él.

    Simplemente porque es Zlatan.

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