NUEVA YORK, NY- Jesse Marsch acaba de ser reconocido como el mejor Entrenador del Año en la MLS. Un premio que -además de hacer justicia con su inobjetable tarea a lo largo de la temporada regular- reivindica al técnico de 42 años y con poca experiencia al momento de ser contratado.
Jesse Marsch, el hombre con un plan que consiguió cambiar la idea de New York Red Bulls
El técnico asumió en NY Red Bulls en medio de un clima hostil y con un nuevo equipo consiguió ganarse a la afición.
De hecho, pasó de ser repudiado a comienzos del año por los hinchas de New York Red Bulls a poco menos que un intocable dentro del universo del club taurino.
Marsch llegó a NYRB el 7 de enero, el mismo día en el que el director deportivo del club -Ali Curtis- anunció el cese de Mike Petke, favorito de los hinchas locales y uno de los estrategas más exitosos en la historia del equipo afincado en New Jersey.
El Supporters’ Shield de 2013 y el hecho de haber alcanzado la final de la Conferencia Este en 2014 ponían a Petke en una situación de superioridad con respecto a Marsch, quien apenas podía acreditar dos años como entrenador alterno de la selección estadounidense, y la temporada 2012 al frente de Montreal Impact, en el debut de la franquicia canadiense en la Major League Soccer.
Para un gran número de los abonados y aficionados de los Red Bulls el fichaje de Jesse Marsch -un técnico poco contrastado hasta ese momento- era la confirmación de un mal augurio. El equipo se había desprendido de varias de sus figuras más importantes. Su nómina salarial se redujo hasta convertirse en la más económica de toda la liga. Y flotaba en el ambiente el rumor de que la central de Red Bull en Austria buscaba un comprador para su equipo en América del Norte.
Dentro de ese clima declaradamente hostil Marsch tuvo a mediados de enero la oportunidad de palpar el malestar que su designación había generado. En la primera asamblea (o Town Hall Meeting) del año los seguidores manifestaron su repudio a la decisión de Curtis y del gerente general Marc de Grandpre de poner fin a la experiencia de Mike Petke en el club.
“Ustedes no tienen por qué gustar de mi trabajo, y quizás yo nunca llegue a gustarles”, dijo Jesse Marsch a los hinchas de Red Bulls durante esa reunión. “Si perdemos, ustedes me van a odiar. Si ganamos, quizás, ustedes consigan tolerarme.”
En esta temporada el primer partido del equipo en el Red Bull Arena tuvo lugar el 22 de marzo, en un encuentro que finalizó con una victoria por 2-0 ante D.C. United. Durante el primer cuarto de hora la sección 101 del estadio mostró un cartel con la frase “Las leyendas merecen algo mejor”. La condición de ídolo (como jugador y entrenador) del despedido Mike Petke perseguía allí donde fuera a Marsch.
“No intento ganar un concurso de popularidad. Estoy tratando de entrenar a un equipo de fútbol con el objetivo de ser el mejor de la liga. Esa es mi única misión”, explicó el nuevo técnico frente a la incredulidad de prácticamente todo el ambiente futbolístico de la MLS. Un mensaje que desde el inicio de la temporada se mantuvo invariable y se hizo carne en el plantel.
Lo que siguió es historia conocida. New York Red Bulls -en base a un juego de presión alta, solidaridad y gran capacidad goleadora- finalizó la temporada regular en la primera posición de la Conferencia Este y de la clasificación general. El segundo Supporters’ Shield ya adorna la parte noble del Red Bull Arena. Y -pese a los fallos y el mal resultado del pasado fin de semana frente a Columbus Crew- el equipo todavía tiene opciones de clasificar a la MLS Cup y luchar por el que podría ser el primer título de liga en 20 años de historia.
Líderes como Luis Robles, Dax McCarty y Bradley Wright-Phillips reflejan una influencia positiva sobre el plantel. La solidez del funcionamiento general que se hizo evidente prácticamente desde el inicio del curso. Y la aparición de ‘tapados’ con los que nadie contaba, como Mike Grella, Matt Miazga o Kemar Lawrence. Piezas del rompecabezas que explican la gran temporada de Jesse Marsch en su primer año como head coach de NYRB.
El 3 de septiembre se llevó a cabo la segunda asamblea del año. El tono de la conversación cambió por completo con respecto a la reunión de enero. El aficionado de Red Bulls no olvida a Mike Petke, pero ahora reconoce y agradece la tarea realizada por Marsch. “Lo que hicimos este año no es perfecto”, manifestó el técnico ante sus seguidores. “Pero tiene un plan, una progresión y es algo de lo que uno puede estar orgulloso. Espero que ustedes lo sientan cada vez que jugamos.”
“Jesse representa los conceptos de performance y análisis que busca este club”, dijo Ali Curtis al anunciar la contratación de Marsch. NYRB cambió de raíz su forma de trabajar en 2015. Su aproximación más ‘científica’ sobre el modo de conducir a un club de fútbol probablemente no podía ser llevada a cabo por alguien como Mike Petke. El actual entrenador demostró ser el ejecutante perfecto en la MLS del sistema que Red Bull pretende imponer en todos los equipos que tiene en el mundo. Jesse Marsch tiene un plan, y funciona.