La final por la MLS Cup del sábado próximo (4 pm ET | UniMás) es interesante porque enfrentará a dos de los mejores equipos de la liga. Pero también lo es porque -en una inusual coincidencia- vuelve a poner frente a frente a Seattle Sounders, el campeón en 2016, ante Toronto FC -el conjunto que fijó nuevas marcas históricas en la liga, gracias a una temporada regular de lujo-.
La final del 2016, un trago amargo que los jugadores de Toronto FC prefieren olvidar
¿Es un recuerdo que desean eliminar o que motiva a los futbolistas escarlatas? Entre una memoria dolorosa y la búsqueda de redención hay muchos puntos intermedios.
¿Morbo? ¡Muchísimo! Los Sounders se alzaron con el trofeo un año atrás sin haber hecho uno solo disparo a portería, y gracias al acierto de sus ejecutantes en la definición por penales. El mero recuerdo de esa derrota sigue llenando de dolor a la afición escarlata. "Fue un golpe muy grande para nuestra familia y nuestra afición", admitió Jozy Altidore.
El recuerdo es una elemento de doble filo. Puede servir para que el mal trago se prolongue, o como herramienta de motivación. Para otros, es una evocación sin demasiado sentido. "Bloqueé mi memoria sobre lo que pasó el año pasado", dijo entre risas el entrenador de Toronto FC, Greg Vanney.
"Esto no se trata de una revancha", advirtió el capitán Michael Bradley. "Para mí esto tiene más que ver con lo que ha significado esto para nosotros después de la decepción y la frustración del año pasado", agregó. "En el fondo de nuestras cabezas este año estuvo el sentimiento de que queríamos darnos otra oportunidad". El recuerdo apareció de manera permanente, con distinto tipo de efectos o consecuencias.
Lo que parece bastante claro es que nadie en TFC desea reiterar la experiencia. "Este tipo de partidos siempre son grandes, tanto en lo mental como en lo emocional. Muchos de nuestros muchachos ya han pasado por esto", expuso el defensor Drew Moor. "El momento actual (el del día y el momento del partido final) por sobre la evocación de lo pasado. "No hay que pensar en el resultado, sino en ir jugando momento a momento. Ningún equipo quiere cometer un error".
"Es una oportunidad para redimirnos", añadió un más optimista Justin Morrow. "Cuando comenzó la temporada 2017 hablamos de hacer un esfuerzo para regresar a este lugar". El momento funesto de 2016 puede haber funcionado para algunos como combustible emocional.
Ese es el sentido que en parte da a esta situación el volante Jonathan Osorio. "En principio, uso lo que pasó el año pasado como motivación. Pero en los últimos días no he pensado demasiado. Se trata de ganar el próximo partido", dijo con decisión. "No pensamos demasiado en la final del año pasado", intervino Marco Delgado. "Nos hemos concentrado en la final de este año y lo que pasará el sábado. Toronto es un equipo distinto al del año pasado", apuntó.
"No se. En lo personal creo que este será otro partido. Es algo diferente", matizó el atacante panameño Armando Cooper. "Queremos enfocarlo de otra forma, no como una revancha. Debemos ganar este partido por todo lo que hemos hecho en el año y terminar de poner la cereza en el pastel".
"Lo del año pasado fue un momento muy duro para nosotros", concluyó Altidore. "En todas las cosas de la vida siempre hay una nueva oportunidad. Jugaremos de nuevo en casa. Ojalá que cuando los jugadores salgan a la cancha se acuerden de lo que ocurrió y usen esta energía para dar toda la fuerza en la cancha este año".