Por Uri Stilman - @uristilman
Los jugadores del New York Red Bulls celebran la llegada de la rivalidad a la Gran Manzana
Los referentes del club con más historia en Nueva York, agradecen la llegada del clásico.
NUEVA YORK, NY.- La tendencia y la sofisticación se cruzan en el Meat Packing District de Manhattan. Allí, en el Oeste de la isla neoyorquina está la Heineken House, que anuncia que será el “destino perfecto” para ver la Jornada de Rivalidades de la MLS.
Allí llegan jugadores y técnicos del New York Red Bulls y el New York City. Será apenas la segunda edición del Hudson Derby, pero la energía y la pasión del partido inaugural ya lo acomodan como un imperdible para ver en la liga.
Mientras esperan la hora señalada, en unos mullidos sillones grises charlan animadamente el defensor del NYCFC Chris Wingert, el capitán de los Red Bulls Dax McCarty y el goleador de la pasada temporada en la MLS, el inglés Bradley Wright Phillips.
“Es muy justo que la llamemos una rivalidad. Significa mucho para nosotros y para los fans”, dice McCarty, de los establecidos Red Bulls en una conferencia de prensa conjunta. “Cuando escuchás que se venden 45 mil tickets para ver el partido te da piel de gallina”, agrega el rubio volante central.
Para Wingert, nacido en Long Island y campeón de la MLS Cup en 2009 con el Real Salt Lake y parte del equipo inaugural de los Citizens “las rivalidades se crean de diferentes formas, hay algunas que son geográficas, pero las mejores rivalidades se dan por los partidos que se juegan entre si, ojala en el futuro haya muchos grandes partidos”.
Para Dax McCarty la rivalidad surgió de manera natural. “No tratamos de forzar nada de lo que no sentimos. La manera que se dio fue así, fue un partido muy especial. La única vez que había jugado con esa vibra y ese ruido en el Red Bull Arena fue un amistoso contra Arsenal”, compara el capitán.
Con el New York City FC como equipo de expansión, lógicamente el enfrentamiento carece de historia. Apenas se enfrentaron 9 de mayo pasado, con victoria 2-1 para los Red Bulls, que fueron locales con un estadio lleno y mucho colorido.
El héroe en el Red Bull Arena fue Wright Phillips, autor de los dos goles. “Creo que es bueno empezar esta historia. Tener un rival en la ciudad hace más fuerte al fútbol de Nueva York. Ahora vamos al Yankee Stadium y será un partido histórico”, asegura el británico, que de chiquito veía los clásicos entre Arsenal (donde jugó su padre, Ian Wright) y Chelsea.
Los Red Bulls aceptaron gustosos la rivalidad. El equipo de Harrison, New Jersey, fue uno de los diez equipos que jugaron la temporada inaugural de la MLS. Veinte años de historia, finales, estrellas y un estadio de nivel mundial. Llega un equipo que se arma desde la base (literalmente desde el Yankee Stadium) con mucho presupuesto y figura de renombre mundial y es el nuevo desafío.
“El primer partido estuvo cargado de pasión y energía, no espero otra cosa para el segundo. Es un partido muy especial para todos”, afirma el técnico de los Red Bulls, Jesse Marsch.
“Obviamente somos el equipo establecido en Nuea York –y Nueva Jersey también. El NYCFC vino y dio una salpicó un poco, algo que le hizo bien a la liga”, asegura McCarty, capitán de los rojiblancos.
“Las rivalidades son geniales para el fútbol”, dice el español David Villa, con un milimétrico peinado. “Hacen mucha ilusión a la afición y por supuesto que si logras ganar el ánimo va muy en alza”, añade el campeón del mundo.