Posiblemente los clásicos más calientes en la MLS son el de la región de Cascadia entre Portland Timbers y Seattle Sounders, o el NY Derby entre Red Bulls y Cityzens. Dos enfrentamientos que ciertamente generan gran expectación.
Se avecina un Caliclásico con algunas ausencias notables, pero con el prestigio aún en juego
Una gran figura como Zlatan Ibrahimović se perderá el clásico californiano, pero abre las puertas a otros para encumbrarse de gloria en el pasional duelo.
Pero antes de la llegada de los mencionados, desde principios de la liga en los 90s, hubo uno que durante años fue y sigue siendo de los más pasionales – solo que ahora no tiene los reflectores como en antaño. Este clásico se formó a base del repudio recíproco entre aficiones, y paridos épicos en la cancha.
Se trata del Caliclásico.
LA Galaxy y San Jose Earthquakes se desprecian, se aborrecen uno al otro, no hay cabida para medias tintas.
Pero así como en el recién clásico español jugado en La Liga, en el que ya “no se jugaba nada” porque el Barcelona ya era campeón y Real Madrid ya no contaba con opciones de luchar por el título, se hablaba de el duelo sería uno sin demasiados puntos de interés, así también se percibe el clásico californiano a jugarse este viernes (11 pm ET, UniMás) – aunque por motivos distintos al del país ibérico.
Las puntuales ausencias de algunos de los estelares, y el mal momento que viven ambos, hacen pensar que se avecina uno de los Caliclásicos más descafeinados que se pueden recordar.
Hasta la semana pasada, pintaba para ser el primer clásico de Zlatan Ibrahimović ante los Quakes. Y aunque el sueco no la ha pasado bien últimamente, todavía está fresco en la memoria su debut en el naciente derbi angelino con un golazo de antología que catapultó una remontada impresionante.
Pero Zlatan salió expulsado tras responder a una agresión sin balón ante Montreal Impact apenas el lunes por la tarde, y no podrá jugar ante el archirrival este viernes.
Además, Giovani dos Santos sigue sin reaparecer tras aquella repentina ausencia a mitad de mes, en la que se cree fue una recaída en una lesión que viene aquejando. Y se especula ya no jugaría este fin de semana para cuidarse e incorporarse a la selección mexicana en su preparación previo a la Copa del Mundo.
A eso le podemos sumar la ausencia por la cirugía en el hombro del seleccionado venezolano Rolf Feltscher.
Quakes no tiene esa clase de estrellas, pero no podrá contar con su refuerzo charrúa en la zaga, Yeferson Quintana por lesión, ni tampoco con el igualmente lesionado Jahmir Hyka – quien llegó la temporada pasada y ha hecho buenos partidos de media cancha hacia el frente.
El panameño Aníbal Godoy si estará presente, pero – como es normal para estas fechas para todo jugador en el planeta – su mente quizás esta más en Rusia que en San Jose Earthquakes. No es para menos, es Mundial especialmente histórico para 'los Canaleros'.
A todo eso, le podemos agregar que ninguno de los dos equipos anda bien, los dos con campañas muy malas hasta el momento. Galaxy tiene 13 puntos y los Earthquakes nueve. En sus últimos seis duelos en la temporada 2018, cada uno acumula cuatro derrotas en ese lapso. Nada alentador.
Todo parece una tormenta perfecta para que tengamos un tremendamente descafeinado Caliclásico.
Pero es un clásico. Es ahora cuando jugadores de ambos planteles tiene la chance de reivindicarse y comenzar un camino hacia la idolatría de si hinchada.
Es el momento para que como equipos, busquen un triunfo que sea el punto de inflexión para que sus campañas despeguen.
Es la hora para que un Jonathan dos Santos, un Romain Alessandrini, un Ola Kamara, un Danny Hoesen, un Magnus Eriksson, un Godoy, den un paso al frente y conviertan ese partido en 'su' clásico, en uno que sus aficionados no puedan olvidar y les inmortalice en uno de los más viejos y pasionales duelos de la MLS.
Porque por más que se le busque demeritar con ausencias y rachas negativas actuales al clásico californiano, dentro de las instituciones y entre sus respectivos hinchas, no hay pero que valga, el clásico se tiene que ganar…para ellos no es, ni nunca será, un partido más, de ninguna manera.