Hace ya tres años desde que Sebastian Giovinco dejó a La Vecchia Signora di Calcio por una Escarlata tentación en el Nuevo Mundo, desembarcando en suelo canadiense para darle vuelta a un club con una historia llena de fracasos.
Sebastián Giovinco llega en plenitud de condiciones a la fiesta final de la MLS
La historia del cuadro Escarlata cambió con Giovinco, la leyenda viviente que tiene la capacidad de hacer que Toronto toque el cielo por primera vez.
Vivió una luna de miel en la que Toronto lo reconoció como su Mesías, y la cual se expandió a toda Norteamérica, que terminó por proclamarlo como el MVP unánime de la MLS en apenas su primera travesía.
Goles, golazos, amagues, regates, velocidad, freno, visión, fantasías, pases para gol, asistencias en bandeja de plata…todo un repertorio de deleite futbolístico, increíblemente caben en un menudo jugador que apropiadamente viste la ‘10’ con todo el mérito habido y por haber.
EL MESÍAS DE TORONTO
Ese primer año fue más que mágico, el tipo cargó al equipo en la espalda prácticamente solo. Se llevó a su casa el Botín de Oro, registró el máximo número de pases para gol, y fue el MVP de la liga sin lugar a dudas.
Y Toronto clasificó por primera vez a los Playoffs.
El romance continuó en 2016 aunque ya no fue líder en premios. Toronto fue mejor en lo colectivo. A la 'Hormiga atómica' se le dio una mano.
Lamentablemente, Giovinco llegó exhausto y lesionado, y no pudo ser factor en la gran final para poder abrir el cerrojo que plantó Seattle Sounders.
Para 2017 pareció acercarse al mundo de los mortales, ya que no arrojó los números avasalladores. Con 16 tantos quedó alejado del Top 5 de goleadores, sus pases para gol no alcanzaron el doble digito, y en la discusión por el MVP pocos lo consideraron ante las actuaciones de Diego Valeri, David Villa y Nemanja Nikolic.
Pero, ¿realmente se apagó Giovinco?
Para nada.
Giovinco hizo cada vez mejor a Toronto FC. El equipo canadiense siguió en ascenso y conquistó su primer Supporters’ Shield al salir superlíder no solamente de lejos, sino que rompiendo la marca histórica de puntos en una sola campaña.
GIOVINCO Y SUS TRES MOSQUETEROS
El equipo se armó a su alrededor, sus compañeros entendieron que para potenciar a Seba y continuar el crecimiento colectivo, Giovinco no podía estarse poniendo el equipo a los hombros partido a partido.
Todos saben que su mera presencia abrió espacios para todos los demás. Era cuestión de que los aprovecharan. Es así que el crack puede dosificarse para explotar en momentos adecuados. Cada uno de sus coequiperos tomó la responsabilidad de echarle la mano en serio a Giovinco para que tuviera auxilio en todos los frentes.
En 2015, Giovinco jugó casi 2,800 minutos. En la actual temporada pudo descansar cuando se necesitó y jugó lo suficiente para apenas superar los 2000 minutos. La responsabilidad del “caballo de hierro” la adoptó Michael Bradley, quien tuvo 2,700 minutos (aprox. 100 menos que Giovinco en 2015), su máxima marca jugando en la MLS.
En el plano goleador, Jozy Altidore le echo la mano a Giovinco más que nunca. Altidore marcó 15 goles (uno menos que Giovinco en su “peor” temporada en cuanto a goles anotados), su máxima marca jugando en la MLS.
En el departamento de pases para gol, el español Víctor Vázquez fue sublíder de la MLS con 16 asistencias (las mismas que Giovinco en 2015, cuando el italiano también fue campeón de goleo).
LA ÚLTIMA ASIGNATURA EN EL REGRESO AL OLIMPO
El italiano ya no juega solo, ahora tiene a sus tres mosqueteros que le acompañan, y sabe que puede delegarles responsabilidades específicas. Le han cuidado la espalda a lo largo de la temporada, a sabiendas de que necesitan sus pinceladas que cambian los partidos en la fase final, donde el año pasado llegó golpeado y lesionado.
El pequeño gigante se contuvo, se dosificó y ahora está por explotar de nuevo. Llegó el momento de volver del mundo de los mortales al de los dioses futbolísticos de la MLS, en el momento cumbre, en el que se cubrirá nuevamente de gloria, y en que Toronto aspirara a lo más alto, a la única cuenta que tiene pendiente con el planeta Escarlata: la Copa MLS.