En muy poco tiempo -apenas un puñado de meses- Jefferson Savarino ha causado un impacto en Real Salt Lake y la MLS. Desde mayo en adelante el joven atacante venezolano se presenta como una de las nuevas figuras de la liga gracias a su rápido y preciso juego.
Sin hablar inglés, Jefferson Savarino se hace entender en Real Salt Lake a base de fútbol
Desde su llegada en el mes de mayo el venezolano la ha cambiado la cara a un equipo que intenta revertir su imagen en la segunda mitad de 2017.
La web oficial de la MLS en inglés ha tenido la oportunidad de hablar con el talento sudamericano, y aquí publicamos algunos de los tramos más interesantes de esa entrevista.
Si algo destaca de Savarino es su capacidad para aprovechar oportunidades. Con apenas 20 años, su carrera ya ha conseguido dar saltos importantes. Todo comenzó cuando era apenas un adolescente y consiguió sumarse a los equipos juveniles del Zulia FC, en su país natal. A los 18 años ya era parte del primer equipo. "Fue un proceso. Me costó un poco adaptarme al nivel profesional, pero cuando tenía 18 o 19 años ya lo pude hacer mucho mejor".
2016 fue un año importante dentro de la todavía joven carrera del venezolano. Antes de ser transferido a préstamo a Real Salt Lake Savarino marcó durante la temporada pasada 21 goles. "No pensé que eso podía pasar", asegura el futbolista. "Tuve la posibilidad de hacer esos goles y ganar dos títulos. FUe una gran experiencia. Estoy muy agradecido por lo que pasó el año pasado".
Jefferson Savarino no deja de ser un recién llegado a Estados Unidos, y todavía extraña muchas de las cosas que le resultaban cotidianas en Venezuela. "Echo de menos la comida, pero por suerte mi esposa cocina aquí para mí", explicó. "También a mi familia, por supuesto. Extraño a Venezuela, extraño a Maracaibo".
"Lo que más extraño de mi país son las hamburguesas", expuso el jugador, para sorpresa del periodista que lo entrevistó horas atrás.
Después de su llegada a la MLS el goleador tuvo la oportunidad de debutar con la selección absoluta de su país, en un amistoso ante Estados Unidos. "Jugar con 'la Vinotinto' siempre es una gran experiencia. Pude hacerlo durante 20 minutos", recordó al referirise al juego que se llevó a cabo en el Rio Tinto Stadiium, el hogar de su nuevo equipo.
La distancia física que lo separa con Venezuela no existe. En mente y en espíritu Savarino sigue preocupado por la actualidad política y social de su país. "Estoy aquí, pero vivo pensando en lo que pasa allí", manifestó. "Le pido a Dios cada día por mi país, para que se produzca un cambio. Se que un día Venezuela verá la luz".
Jefferson es un hombre de fe, y no lo oculta. "Antes de cada partido leo la Biblia", manifestó. "Le pido a DIos que me ayuda a jugar bien, que nos proteja a mí y a mis compañeros, y que nos ayuda a ganar".
Su contrato con Real Salt Lake finaliza en diciembre. La posibilidad de seguir en el conjunto de las Montañas Rocosas dependerá de lo que decidan su club en Venezuela y las autoridades de RSL. "No pienso en eso ahora. Únicamente DIos conoce mi futuro", expuso. "En este momento me concentro en trabajar duro y jugar bien en cada partido. Ya veré si me quedo o si voy a otro lado", avisó.
Mientras juega e intenta llevar a su actual equipo lo más alto posible Jefferson Savarino es un buen estudiante de inglés, aunque a veces necesita un poco de auxilio. "Todos mis compañeros me han ayudado con la traducción cuando no entendí algo", comentó el sudamericano. "Dentro de la cancha tenemos una hermosa forma de comunicarnos; eso me ha ayudado a adaptarme".
"Siempre nos hacemos entender por señas, por nuestros movimientos", agregó. "Entiendo cómo se mueven y cómo juegan. Y ellos ya conocen mi manera de jugar. No es solamente un tema de lenguaje, sino que entendemos la forma en la que jugamos". Las imágenes, las jugadas y hasta los resultados le dan la razón. Hay una nueva cofradía en Salt Lake City que juega fútbol en sintonía, bajo un código común. Savarino se entiende a la perfección con Joao Plata, Albert Rusnák o Brooks Lennon, y la afición del equipo no puede estar más contenta. Algo nuevo -y con una parte importante de sabor venezolano- se está cocinando allí.
Una buena prueba de ello es lo que pasó el miércoles por la noche en Portland, donde Real Salt Lake por 4-1 a los Timbers, en una noche plena de emociones y expulsados en el equipo local. Savarino -que día a día se combina mejor con Rusnák- asistió al europeo para la obtención del tercer tanto de la goleada a domicilio.