Steven Gerrard, su adaptación a Los Ángeles y las barreras en el vestuario

Steven Gerrad había pasado toda su vida en el mismo club. Sin embargo, el magnetismo de la MLS en general y del LA Galaxy en particular lo pusieron en una nueva aventura a los 35 años.

Dejó atrás 17 temporadas vistiendo la casaca roja del Liverpool para ser parte la franquicia más ganadora. Con ello fue mover por primera vez a su familia afuera Liverpool. También representó un desafío en lo futbolístico: por primera vez jugaría en verano, en canchas con césped sintético o en la altura.

Pero Stevie G aceptó mudarse a California y se adaptó a las nuevas condiciones en la cancha. Le costó, pero a siete meses de su llegada empieza a sentirse en casa en el sur de California.

"Siempre estuve entusiasmado, desde el momento que llegué a Los Ángeles", explicó el mediocampista inglés en un reportaje del LA Galaxy Insider, Adam Serrano.

"Ese entusiasmo no ha cambiado, pero estando aquí por la temporada completa podré ver más de LA y ver muchos lugares a las afueras de la ciudad también", comentó el hombre que nació y se crió cerca del río Merseyside, más precisamente en el sector rojo.

"Cuando llegué había mucho movimiento, porque quería establecerme, acostumbrarme a la nueva vida, pero con ahora que tengo más tiempo, me voy a incolucrar más en la ciudad y mezclarme con la gente", explicó Gerrard sobre su adaptación.

Al comienzo todo fue una aventura, incluso para una figura de su calibre. El solo hecho de manejar del otro lado del auto, pueden imaginarse... "Estaba bastante intimidado al comienzo. Cuando tengo que manejar y no sé para qué lado voy... Te tienes que adaptar rápido para sentirte cómodo manejando desde el otro lado. Además el tráfico es brutal", contó sobre su experiencia en las carreteras de Los Ángeles.

El tiempo acomodó esos problemas para Gerrard, que ya se siente adaptado a una ciudad mucho más grande y más bulliciosa que Liverpool. "Me llevó cuatro o cinco meses acomodarme, pero desde que bajé del avión que tuve una recepción increíble de mis compañeros y también de los aficionados", destacó el 8.

Por eso quiere devolver esa ayuda en la cancha. "Nada me gustaría más que devolver los honores esta temporada. No sólo trabajando duro, sino tratando de conseguirlo en el campo para tratar de llevarles sonrisas a los hinchas", se comprometió el británico.

Acostumbrarse al clima, a la liga y al tráfico de Los Ángeles no fueron los únicos desafíos para Gerrard. En su primera media temporada el equipo estuvo lejos de sus actuaciones regulares y en octubre se encontró fuera de competencia, eliminado por Seattle Sounders. Esa derrota pone la vara más alta para su segunda temporada.

La llegada de jugadores de nivel como su ex compañero en la selección inglesa, Ashley Cole, el belga Jelle Van Damme o el holandés Nigel de Jong, Gerrard espera que el vestuario le pierda un poco el miedo.

"Quiero que mis compañeros sean más abiertos conmigo. Quiero que el equipo de entrenadores esté más abierto conmigo. Yo estoy tratando, aunque no soy la persona más extrovertida, siempre estoy para hablar con la gente que quiera. Vine para hacer amigos y quiero ser parte del equipo", explicó el inglés, que participó de tres mundiales.

El sentimiento de Gerrard va por los muros que su trayectoria parece generar en los vestidores de LA Galaxy: lo respetan demasiado. "Yo no tengo ego, no soy la estrella o algo así. No me veo como ese tipo de persona y la gente que me conoce saber que cuando se rompen esas barreras encontraremos una conexión", agregó Stevie G.