Fútbol

    Opinión: Carlos Vela, el crack que todos esperamos… y que nunca explotó

    Se apaga la vela del mexicano en Europa; fue el eje de lanza de una generación que ilusionó con todo al pueblo mexicano.


    Por:
    Andrés Corona Zurita.

    SAN SEBASTIAN, SPAIN - FEBRUARY 19: Carlos Vela of Real Sociedad reacts during the La Liga match between Real Sociedad de Futbol and Villarreal CF at Estadio Anoeta on February 19, 2017 in San Sebastian, Spain. (Photo by Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images)

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    SAN SEBASTIAN, SPAIN - FEBRUARY 19: Carlos Vela of Real Sociedad reacts during the La Liga match between Real Sociedad de Futbol and Villarreal CF at Estadio Anoeta on February 19, 2017 in San Sebastian, Spain. (Photo by Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images)

    Lo recordamos como la punta de lanza del Mundial Sub 17 de Perú; aún no olvidamos esa mágica palomita que abrió el marcador ante Brasil en aquella final de 2005.

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    Nos contaron que no existía comparación con su hermano Alejandro, que en aquel entonces despuntaba en las Chivas. Señalaban que Carlos era mil veces mejor y que estaba llamado a ser la figura del Rebaño Sagrado y de la selección mexicana.

    Carlos Vela dejó el fútbol de Europa tras 12 años, tras haberse convertido en una ilusión para los fanáticos mexicanos que no cumplió todas las expectativas a pesar de un camino estelar.
    El Mundial Sub-17 fue el trampolín para que desde muy joven Vela fuera referente en 2005 y así Arsenal lo fichó, a pesar de que no pudo utilizarlo de inmediato y tuvo que esperar hasta 2007.
    En ese periodo, Vela tuvo adaptación en el Salamanca de la Segunda División de España, donde hizo ocho goles en la temporada 2006/2007 y con Osasuna de 2007/2008, con tres goles en Primera División.
    En 2008, Arsenal obtuvo el permiso de trabajo para él, siendo este el equipo más representativo en el que actuó, un grande de Inglaterra. A sus 19 años, en 30 partidos en su primera temporada marcó 5 tantos, uno en Premier.
    Vela compartió con jugadores que se convirtieron en grandes estrellas del fútbol mundial y que incluso brillaron en otros grandes clubes, lo que abrió las expectativas sobre su futuro.
    Sin embargo, en tres temporadas con Arsenal y 63 partidos, el mexicano marcó 13 goles y el equipo empezó a buscarle otro destino al delantero de 21 años en 2011.
    Fue así como para 2011, Vela llegó al West Bromwich para cerrar la temporada 2010/2011 en la Premier League.
    A pesar de su poca regularidad en el equipo, Vela hizo dos goles en sus ocho partidos en la Premier League.
    Para la temporada 2011/2012 se dio un traspaso que marcó su carrera. Se fue a la Real Sociedad, que lo tuvo en préstamo, donde mostró una versión brillante.
    Luego de que en su primera temporada marcara 12 goles, siendo el tercer mejoor artillero en tantos de visitante detrás de Messi y Cristiano Ronaldo, Real Sociedad insistió en prolongar su estadía.
    Vela recibió el número 11 de una figura saliente de la Real y pronto se convirtió en una figura del equipo. En una segunda temporada brillante, llevó al equipo a Champions League en 2013.
    La participación del equipo de San Sebastián en Champions, gracias a los goles de Vela (15 en la temporada 2012/2013), fue el momento más brillante del mexicano.
    A pesar de esa excelente cuenta personal, Real Sociedad quedó de cuarto en el grupo, sin opción ni siquiera de pelear por Europa League. Esos grandes momentos estuvieron marcados por una gran amistad que forjó con Antoine Griezmann, francés que ahora brilla con Atlético de Madrid.
    Esa pareja de ataque tuvo al mexicano como goleador. Durante tres temporadas y antes de que se fuera Griezmann, Vela marcó 46 goles con Real Sociedad.
    En medio de las lesiones y la salida de su socio, Carlitos marcó 10 goles en la temporada 2014/2015, uno de ellos en una remontada 4-2 contra Real Madrid, pero no llegaron a torneos europeos.
    Marcado por problemas físicos de nuevo, el mexicano tuvo en la temporada 2015/2016 la de su peor rendimiento en el paso por Real Sociedad, cuando apenas marcó 5 goles.
    Vela era aún referente entre los fanáticos de San Sebastián, pero su rendimiento estuvo muy lejos en los últimos años de esos tres brillantes que lo convirtieron en ídolo.
    Para la temporada 2016/2017, marcó 10 goles y de nuevo el equipo volvió a competencias europeas en Europa League, pero Vela cada vez perdía más protagonismo.
    Para el segundo semestre de 2017 se confirmó la salida de Vela a Los Angeles F.C. de la MLS, con lo que este fue el último año de los 12 consecutivos del mexicano en Europa.
    Carlos Vela se despidió de Real Sociedad y de Europa con un camino brillante, pero también marcado por la expectativa de una historia que muchos soñaban se escribieran con letras doradas.
    Su rendimiento lo ha llevado a jugar su primer MLS All-Star Game en el 2018 y a ser uno de los referentes para seguir en el nuevo año de la liga junto a figuras de la talla de Zlatan Ibrahimovic, Wayne Rooney, Nani, entre otros.
    Ahora, en el equipo californiano, el delantero ha iniciado una historia de amor con una temporada debut brillante marcando 14 goles.
    Pero no solo por la cifra, sino porque cuatro de ellos fueron ante el rival de ciudad en tres partidos disputados. La afición lo ama.

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    Carlos Vela dejó el fútbol de Europa tras 12 años, tras haberse convertido en una ilusión para los fanáticos mexicanos que no cumplió todas las expectativas a pesar de un camino estelar.

    Seguimos su disputa con Chivas y su traspaso al Arsenal, apenas a los 17 años. Estuvimos pendientes de sus actuaciones en el Estadio Helmántico, casa del Salamanca, donde la afición española lo alababa como la gran figura del club.

    Y ahí, anhelamos que en el Arsenal tuviera las oportunidades para convertirse en el jugador que todos esperamos, el que anhelamos y el que llenara las falencias en ataque del fútbol mexicano.

    Nos emocionaron las palabras de Arsene Wenger apuntando al extraordinario talento de Vela y la capacidad que tenía para ser un atacante de elite mundial.

    Y así, semana a semana nos esperanzaba. Luego, mes a mes y después, temporada a temporada esa ilusión se empezó a convertir en desesperación.

    Aquel niño con tremendo talento, al que medio mundo alababa, no terminaba por despuntar en Europa. Cesión en cesión, no encontraba su lugar en el que explotara esas tremendas condiciones futbolísticas que tenía.

    Muchas veces se ha dicho que el problema del futbolista mexicano no está en su falta de talento, sino en la mente. Mucho tiempo después, entendimos que la gente no mentía en torno a Vela, sino que él no quería darles la razón.

    La Real Sociedad fue el eje de lanza de su carrera. El lugar donde más y mejor jugó; tres temporadas ilusionaron y lo convirtieron en ídolo, pero después, muy poco y casi nada.

    Curiosamente, los mejores momentos en la carrera de Vela con la Real Sociedad se dieron cuando estaba autoseparado de la selección mexicana. En ese momento, pese a todo, soñamos con verlo regresar a un equipo importante, top de Europa, donde regresara a los primeros planos y donde demostrara esa calidad.

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    Pero tampoco. Vela quería sentirse cómodo, estando en un club que lo arropara, que no le exigiera lo que exige un grande; en general, un lugar donde fuera feliz.

    La disyuntiva es la siguiente: ¿Somos capaces de criticarle a una persona no trabajar en un lugar donde es infeliz y donde no está cómodo?

    El Caso Vela pasa por el romanticismo de un hincha que quiso verlo en otro lugar, donde estamos seguros pudo haber explotado más su talento y ser ese jugador que todos deseamos que fuera.

    Pero él no quiso y por más que se le critique, tuvo todo el derecho en elegir ser feliz en la Real Sociedad y no ir a otro club con mayor presión.

    El fútbol era su trabajo, no su pasión. Hay gente que va a trabajar por comodidad y no por exigencia. Carlos Vela entra en ese sector.

    Hoy, en la MLS tiene la oportunidad de llegar a una buena liga donde será ídolo. Nadie le puede criticar su decisión de volver a América, cerca de su familia, donde va a ser feliz, donde va a estar cómodo y donde cosechará las bases de su futuro cuando su trabajo, el fútbol, se termine.

    Del lado del hincha o el aficionado, solo queda esa cosquilla de saber hasta dónde hubiera llegado si él tan solo lo hubiera querido.


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