Raúl Méndez | Solskjaer y Arteta, caminos cruzados

Un Manchester United contra Arsenal definió los primeros años de la Premier League. Por fin aparecía alguien capaz de pelearle el título a los Red Devils de Sir Alex Fergusson y nacía entonces una encarnizada rivalidad que perduró en los mejores años de la etapa de Arsene Wenger con los Gunners.

Ambos clubes fueron junto al Tottenham los impulsores para la fundación de la Premier, la liga que es tomada como modelo de organización en todo el mundo.

Casi tres décadas han pasado y tanto United como Arsenal se han rezagado en la liga que ayudaron a redefinir. Hoy forman parte de corporaciones globales donde la toma de decisiones no emana de un club sino de una mesa directiva a miles de kilómetros de distancia como cualquier otra industria.

En lo deportivo han apostado por entrenadores jóvenes que conocen la casa pero requieren de un proceso de maduración en un tiempo razonable para acortar la brecha con Liverpool y Manchester United en Inglaterra para después pensar en los torneos continentales donde no hay comparación entre lo que significa históricamente un equipo y otro.

El inicio de temporada para Manchester United es desconcertante. En la Premiere League se estrenó con una derrota frente al Crystal Palace, fue vapuleado por Tottenham y, por primera vez en catorce años, cayó ante los Gunners en Old Trafford, resultados que lo tienen cerca del descenso.

Sin embargo, la imagen ofrecida en la Champions es inesperada. Derrotaron al subcampeón Paris Saint Germain en el parque de los 'Príncipes' Neymar y Kylian Mbappé y luego arrollaron al RB Leipzig, flamante semifinalista de la edición previa.

Contrario a lo esperado, Ole Gunnar Solskjaer ha cumplido el centenar de partidos a cargo pero su continuidad pende de un hilo si mantiene el paso irregular y con la disponibilidad del argentino Mauricio Pochettino. Ahora bien, las críticas apuntan al entrenador como máximo responsable del rendimiento pero no resultan ilesos jugadores y la propia directiva.

Harry Maguire necesita tomarse un receso en lo que se resuelve su lío legal aunque dejaría más vulnerable a la floja defensa que necesitaba otro central y no un volante como Donny van de Beek en un mediocampo que ya tiene a Bruno Fernandes y Paul Pobga. Ahí están como muestra los minutos escasos del refuerzo holandés que no tiene cabida en el once titular del noruego.

Tal vez van de Beek sea la apuesta en el corto plazo ante una inminente marcha de Pogba, el jugador más cuestionado porque no se ha erigido como el gran líder que el club esperaba y sigue externando su deseo de unirse a Zinedine Zidane en Real Madrid. Hoy el referente sin duda es el portugués.

De la directiva lo cuestionable es el despilfarro en jugadores que no han desquitado su costo y en posiciones que no eran necesarias de cubrir en algunos casos.

En esa comparación Arsenal sale mejor librado porque bajo la dirección de Mikel Arteta al menos ya ganó la Copa FA y la Community Shield. El proyecto del español sufrió con un calendario durísimo en la Premier que saldó con derrotas frente al Manchester City, Leicester y Liverpool, rival al que ya se midió tres veces en casi un mes. A cambio de esa derrota en la liga, los Gunners se llevaron el triunfo en la Community y en la Copa de Liga por penales. Esa victoria sobre el United fue la primera como visitante ante un Big Six desde 2015.

Arteta no dispone de un presupuesto al nivel de Solskjaer, pero ha dado oportunidades a la cantera con la permanencia garantizada de Pierre Emerick Aubameyang. Pensar en ganar la Europa League, el camino más corto para calificar a la Champions, no suena descabellado aunque es muy prematuro porque habrá que esperar cuál de los grandes queda descartado de la lucha por la Orejona e intentará rescatar la temporada en el segundo torneo europeo.

Hasta la próxima semana, Cuídense mucho, por favor.