Mientras se especula sobre el futuro inmediato de los Messi, Mbappé o Haaland con todos los reflectores encima existen historias alternas como la de Marcos Llorente lejos del foro mediático.
Raúl Méndez | El jugador total se llama Llorente
Es el jugador más completo de la actualidad y, al mismo tiempo, resulta un misterio hacia donde llevará su carrera.
Es el jugador más completo de la actualidad y, al mismo tiempo, resulta un misterio hacia donde llevará su carrera.
La tendencia actual de entrenadores como Pep Guardiola o Julian Nagelsmann apunta a la plurifuncionalidad de los futbolistas, que sean capaces de cumplir tareas específicas desde diferentes posiciones “en el mismo partido”.
El caso Llorente es el más inesperado porque ha explotado a las órdenes de Diego Simeone, un entrenador de corte defensivo pero, no por ello, debe dejar de ser reconocido como alguien que intenta exprimir las condiciones de sus jugadores en beneficio de su sistema de juego.
La cuestión es que el Cholo ha rescatado las virtudes para atacar de Llorente. Tampoco se trató de un descubrimiento del argentino. El menor del clan jugaba de volante ofensivo en las inferiores del Real Madrid hasta que su entrenador en el juvenil Fernando Morientes, el otrora delantero que supo abrirse paso en el club entre los Mijatovic y Suker, lo convirtió en mediocentro.
El ajuste del Moro en la posición hizo que el Madrid realmente lo considerara para el primer equipo como el recambio de Casemiro. Su cesión al Alavés fue una confirmación al plan institucional pero nunca convenció a Zinedine Zidane de darle más minutos como sucedió con otros canteranos como Achraf Hakimi, Sergio Reguilón o el noruego Martin Odegaard, quien fue firmado durante su adolescencia.
Hay un antes y un después en la carrera de Llorente, 11 de marzo del 2020. El momento que lo marcó fueron sus dos goles en la prórroga que eliminaron al entonces campeón Liverpool de la Champions en los octavos de final de la edicion anterior. Llorente dio cátedra en el mítico recinto de Anfield.
Previo a su sorprendente irrupción, eran muy pocas sus apariciones en el once del argentino.
A casi un año de su gesta, además de mediocentro, ha jugado de interior, falso nueve y hasta de lateral en defensa de cuatro o carrilero en línea de cinco. Se adapta a las necesidades del entrenador para el equipo y deja todo en la cancha con un sacrificio que no suelen tener las estrellas.
Cuando Llorente juega de mediocampo hacia el frente algo va a suceder. Tiene la imaginación para encontrar el pase que rompe a las defensas, la inteligencia para conducir eludiendo rivales y, de ser necesario, es un definidor implacable.
Sin embargo, la mente defensiva de Simeone prevaleció al colocarlo como lateral derecho durante las ausencias de Carrasco por lesión y Trippier por la sanción de la FA.
Como lo visualizó el Cholo, Llorente fue más que un parche y resolvió el problema atrás pero adelante el Atleti se privó del jugador más lúcido, impredecible y consistente, valores que todos esperarían en Joao Félix.
Desde noviembre ya forma parte de la Roja de Luis Enrique.
Llorente no podía portar otro número más que el 14, el mismo que inmortalizó Johan Cruyff, el original jugador total.
Hasta la próxima semana. Cuídense mucho, por favor.