El Sevilla empató (3-3) en la prolongación de un choque que perdía 0-3 al descanso después de un baño del Liverpool, pero en la segunda fue todo lo contrario y los hispalenses se lo creyeron, con lo que ahora los dos equipos dejan los deberes de pasar a los octavos para la última jornada.
Con gol agónico de Guido Pizarro, el Sevilla igualó 3-3 ante el Liverpool luego de ir perdiendo 3-0
El equipo español caía por tres en el primer tiempo, pero reaccionó. Y le dio al Liverpool un poco de su medicina, igual que los ingleses en el ‘Milagro de Estambul’, la famosa final que le ganaron al Milan.
Tal y como sucedió hace 12 años, en la final de la edición de la Champions League 2004-05 entre el mismo Liverpool y el AC Milán, cuando los italianos ganaban en la final 3-0 al descanso y los ingleses lograron el empate para luego ganar en la definición por penlaes, el Sevilla repitió el libreto y consiguió un empate épico.
Ambos clubes se clasificaban matemáticamente para los octavos si ganaban pero el empate no les valía a ninguno para asegurarse estar en la siguiente fase a falta de una jornada para que concluya ésta, aunque también con la derrota dependían de ellos en el último partido para seguir en la competición.
Habló el técnico local, el argentino Eduardo Berizzo, en la previa que debían manejar bien la presión del choque y tener el control de la situación sin la ansiedad de quererlo ganar pronto.
Todo lo planteado se le vino abajo al minuto y treinta segundos, cuando en uno de los debes del equipo en todo lo que va de temporada, la descoordinación defensiva, la aprovechó perfectamente el Liverpool para poner el 0-1 con un remate a placer del brasileño Roberto Firmino.
El equipo del alemán Jürgen Klopp se mostró tras al tanto con más recursos que el Sevilla, con el centro del campo bien cubierto con Jordan Henderson y Georginio Wijnaldum y con Philippe Coutinho dando juego a los tres de arriba, Sadio Mané, Mohamed Salah y el propio Firmino.
En el campo solo había el color de los 'Reds' ante un rival que perdía el balón con facilidad y dio lugar a mortíferas contras con las que ya a la media hora de juego dejaban el marcador en un contundente 0-3.
El segundo tanto, a la salida de un córner, fue un calco del primero, otro gran despiste defensivo sevillista que en esta ocasión lo culminó Mané, y el tercero el segundo de Firmino a placer tras otro contragolpe.
Vio el Liverpool que podía hacer mas sangre ante un rival que no sabía si defender el 0-3 para que no le hicieran otro o irse al ataque sin fe con el peligro de que le cogieran en otra contra, pero lo que sí pedía a gritos era el descanso.
En la segunda parte, Berizzo sacó de inicio a Franco Vázquez por Steven Nzonzi para intentar que su equipo tuviera mas creación y no solo posesión y Ben Yedder, en un buen remate de cabeza, marcó pronto, a los seis de la reanudación.
El conjunto español fue otro por momentos, lo mismo que el inglés, que pasó por sus primera fatigas, hasta el punto de que Ben Yedder marcó un penalti (2-3) que le había hecho a él el exsevillista Alberto Moreno.
Solo se había jugado un cuarto de hora y los locales se habían metido de lleno en el partido y además también el miedo en el cuerpo a sus rivales, lo que obligó a Klopp a mover el banquillo para hacer reaccionar a los suyos.
Así se entró en el último cuarto de hora, con la formación visitante que logró capea el temporal y que buscó una nueva contra para matar el partido definitivamente, pero no lo hizo y el argentino Guido Pizarro logró el empate en la prolongación ante el el delirio del Sánchez Pizjuán.