El Grupo E no era el de la muerte antes de que comenzara a rodar esta edición de la Champions League, pero con el correr de los partidos y la paridad en los resultados y en el nivel, se transformó en el más difícil de pronosticar. Salvo el esloveno Maribor, la Cenicienta de esta zona, los otros tres llegaron con una diferencia escasa a la última jornada. Liverpool miraba a todos desde arriba con ocho puntos, seguido por Sevilla con seis, mientras que el Spartak de Moscú tenía 6.
Liverpool destrozó 7-0 al Spartak y favoreció al Sevilla, que no pudo ante el débil Maribor
El equipo de Klopp lustró su chapa de candidato justo antes de que comiencen los octavos de final y cerró como líder invicto del Grupo E. El Sevilla, por su parte, dejó muchas dudas en el 1-1 ante los eslovenos, pero igual se metió entre los 16 mejores.

Todo podía pasar en este grupo, pero nadie se esperaba tamaña paliza del Liverpool a los rusos. El impresionante 7-0 (y perdiéndose algunos goles más) metió al equipo de Jürgen Klopp en la conversación por el título, afianzándolo como candidato justo antes de que comiencen los octavos de final.
Impotencia pura, el Spartak vio la seguidilla de goles casi como desde la grada. Para el que se pregunté qué fue lo que pasó, queremos aclarar que no jugó con tres menos, ni con dos, ni siquiera con uno menos. Estaba completo, casi como su arco gracias a todas las pelotas que entraron.
Coutinho tardó apenas cuatro minutos en abrir la cuenta, mediante un penal. A los 15, el mismo Coutinho puso el 2-0 y anticipaba lo que podía llegar a suceder. A los 18, Roberto Firmino puso la pelota junto a un palo y el 3-0 en el marcador. El Spartak ya pedía clemencia e irse al descanso sin más goles, algo que le fue concedido.
















Pero ni bien inició la segunda parte, a los 47, Sadio Mané convirtió el 4-0. Y habría más, muchos más. A los 50, Coutinho se aprovechaba del desconcierto ruso para meter su hat-trick. El 6-0 tardó un poco más, pero llegó como sentencia a los 76 minutos: otra vez Mané. Y el 7-0 que cerró la tortura del Spartak fue de Mohamed Salah.
Sevilla, sufriendo
En el otro juego del grupo, el Sevilla no jugó bien en su visita al Maribor y casi se complica la clasificación. Lo salvó que el Liverpool hizo un trabajo más que excepcional ante el Spartak, el rival que podía haber desplazado al conjunto español.
A los 10 minutos Marcos Tavares sorprendió a todos y convirtió el 1-0, el segundo gol de su equipo en los seis partidos que disputó. Los del Sevilla se miraban atónitos y, durante los primeros minutos tras el sacudó, se mostraron nerviosos. Sin embarego, la lluvia de goles que iba cayendo en Inglaterra los tranquilizó. El esforzado empate llegó por fin a los 75 minutos, por intermedio de Ganso.