Tras alcanzar la final de la Euro ‘96 encabezados por el gran Karel Poborsky, el fútbol checo entró en un profundo declive tanto a nivel de selecciones como de clubes. Recordemos que se trató de una potencia mundial durante la primera mitad del siglo 20 bajo el nombre de Checoslovaquia.
Slavia Praga: un club ‘old fashion pero Made in China’
Los checos hicieron la hazaña eliminando al Sevilla de la Europa League con mayoría de jugadores locales, aunque hay algo más…
El heroico triunfo del Slavia de Praga ante el temible Sevilla Fútbol Club en los octavos de final de la UEFA Europa League cobra más relevancia puesto que alinearon con siete jugadores checos sobre el campo. En una era donde a los equipos les resulta más fácil comprar jugadores hechos afuera que apostar por el fútbol local, lo del Slavia demuestra que la tradición no tiene por qué estar pasada de moda.
Sin embargo, el caso del equipo checo es más complejo y no debe ser presentado tan románticamente.
Durante los años noventa, Joe Lewis, un comerciante de divisas londinense quien hoy es el accionista mayoritario del Tottenham Hotspur, compró acciones del Slavia en la maniobra predecesora a la adquisición del equipo de la Premier League. Un caso llamativo de multipropiedad en una competición europea se dio en la edición 2006 de la Copa UEFA, cuando Tottenham y Slavia se enfrentaron entre sí con Lewis como dueño de los dos.
Hacia el 2010, Lewis remató por completo sus activos en el Slavia sumergiendo al club en una profunda crisis económica producto de deudas no pagadas.
Pasaron cinco años de desastres financieros hasta que el Slavia fue adquirido por el conglomerado chino China Energy, cuyo negocio principal es el petróleo y el gas. Además del equipo de fútbol, China Energy invirtió en proyectos de infraestructura en la República Checa, buscando sacar beneficios del creciente turismo chino en dicho país de Europa Central.
Como resultado del ‘boom’ de la construcción en China, el Slavia cambió de manos pasando de China Energy hacia el Grupo Sinobo, una corporación inmobiliaria con sede en Pekín que además es dueña del Beijing Guoan FC de la Chinese Super League, donde juegan el goleador congoleño Cédric Bakambú y el mundialista brasileño en Rusia 2018 Renato Augusto.
Con varios millones de euros en presupuesto para fichar jugadores, el Beijing Guoan es el hermano rico del humilde Slavia.
Si la escuadra checa ha alcanzado los cuartos de final de la Europa League jugando con materia prima local, es porque para Sinobo es solamente un activo más en su portafolio de inversiones. Paradójicamente, sin la presión de tener altas expectativas europeas, ni un presupuesto multimillonario, el Slavia tal vez logre producir al próximo Karel Poborsky que deslumbre al mundo como en 1996.