La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 ha causado controversia en Francia y en varias partes del mundo, la 'innovadora' apertura generó reacciones diversas entre la clase política francesa.
La ceremonia de inauguración Paris 2024 generó controversia política y religiosa
La presencia de 'drag queens' y una niña que hacía pensar en la Última Cena de Jesucristo con sus apóstoles ha causado controversia.
"Qué vergüenza (...) La apertura de los Juegos Olímpicos es un ataque a la cultura francesa", denunció Julien Odoul, portavoz de la ultraderechista Agrupación Nacional (RN).
Uno de los puntos de controversia fue la presencia de 'drag queens' y una niña en un cuadro artístico de la ceremonia en el que la puesta en escena hacía pensar en la Última Cena de Jesucristo con sus apóstoles. Sobre la mesa, el cantante Philippe Katerine aparecía pintado de azul y casi desnudo, con aires de Dioniso.
A las críticas se sumó la conferencia episcopal de Francia, por las escenas de "mofa del cristianismo, que lamentamos muy profundamente".
Asimismo un desfile de moda se incluyó a la modelo transgénero Raya Martigny, con música de la DJ y activista feminista y lesbiana Barbara Butch.
La senadora de Los Republicanos (derecha) Valérie Boyer denunció por su parte "una visión de nuestra historia (...) que busca ridiculizar a los cristianos", en aparente alusión a la escena de Philippe Katerine con las 'drag queens'.
Su compañero de partido Xavier Bertrand, presidente de la región Altos de Francia (norte), consideró sin embargo que la ceremonia fue "magnífica".
La ceremonia de apertura fue masivamente seguida en Francia, donde 22 millones de espectadores vieron en la televisión pública France 2 el acto con un 81,5% de cuota de pantalla, según el sistema de medición de Mediametrie.
Sin contar las alocuciones del presidente de la República Francesa durante la crisis del covid-19, el récord de audiencia televisiva en Francia se dio en la final del Mundial de fútbol ganada por Argentina ante Francia en diciembre de 2022, que tuvo entonces 24,08 millones de telespectadores en TF1, con una cuota de pantalla del 81%, también según Mediametrie.