La dirección del Abierto de Australia presentó este sábado un sistema que mide la polución del aire, advirtiendo de que se suspenderán partidos si se llega a un nivel determinado.
Australian Open detendrá partidos en caso de alta contaminación
El primer Grand Slam del año tiene previsto arrancar el lunes a pesar de las críticas.
El juego se suspenderá si la tasa de partículas finas sólidas y líquidas en suspensión en el aire (PM2.5) alcanza las 200, lo que supone el quinto grado de escala que mide la calidad del aire.
El cuarto grado, entre 97 y 200, llevará a un debate entre el servicio médico y la organización para determinar si se puede continuar jugando. El árbitro podrá interrumpir un partido si lo estima oportuno.
Estas reglas se aplicarán a todos los partidos en el exterior y en las pistas con techos retráctiles, en los que si un partido es suspendido solo podrá reanudarse tras el cierre del techo.
El primer 'grande' del año comienza el lunes, pero los partidos de clasificación han provocado numerosas críticas por parte de los jugadores.
El martes la eslovena Dalila Jakupovic tuvo que abandonar en pleno partido tras haber sufrido violentas crisis de tos en la pista. Y varios jugadores necesitaron inhaladores para aliviar los problemas respiratorios.