Básquetbol

    Dennis Rodman: "Trump y Kim Jong-un 'son más o menos lo mismo'"

    La exestrella de la NBA habló de las similitudes que existen entre el presidente estadounidense y el líder norcoreano.


    Por:
    TUDN

    El deporte muchas veces se ha transformado en un espcio perfecto para enviar mensajes de protesta o inconformidad frente a alguna situación, que a veces tienen impacto de nivel social o político.
    Los jugadores de Jacksonville Jaguars y de Baltimore Ravens respondieron en Wembley con protesta a la petición del presidente Donald Trump de despedir a quienes se arrodillaran cuando suene el himno.
    Esta forma de protesta se da como un gesto de inconformismo frente al racismo que se presenta en Estados Unidos y comenzó con Colin Kaepernick, de los 49ers.
    Tommie Smith y John Carlos levantaron su puño en el podio de los 200 metros en los Juegos Olímpicos de 1968, con un guante negro en defensa de losderechos civiles de Estados Unidos.
    El gesto es el más icónico en el deporte mundial, pero a los atletas les costó su expulsión por parte del Comité Olímpico. Aún así, hasta hoy ambos pasaron a la historia por su protesta.
    En 2014, los jugadores de Los Angeles Clippers salieron previo a un partido de playoffs con el uniforme de entrenamiento al revés, sin verse el logo del equipo, como protesta a comentarios racistas.
    Los jugadores protestaron un día después de que se filtró una grabación del dueño del equipo en ese momento, Donald Sterling, hacía comentarios racistas.
    El impacto por los comentarios racistas fueron tan grandes que en esos juegos de postemporada varios equipos usaron medias negras como manera de hacer extensiva la protesta.
    Hasta en los duelos de finales, los equipos llevaron ese mensaje contra el racismo con sus medias negras, mientras que la NBA sancionó de por vida a Sterling por el hecho.
    La Guerra Fría llegó a uno de sus momentos más tensos cuando Estados Unidos, por la invasión de la Unión Soviética en Afganistán, se negó a asistir a los Olímpicos de 1980 en Moscú.
    La competencia entre las potencias mundiales en estos Juegos era lo más llamativo y apenas hubo algunos hechos destacables en estas justas.
    Cuatro años después, en Los Angeles en 1984, la Unión Soviética respondió a Estados Unidos con su inasistencia en los Juegos Olímpicos.
    Las grandes figuras como Carl Lewis brillaron en estos juegos, pero sin la competencia de sus grandes rivales en un mensaje entre ambos países que le costó caro al deporte.
    En 1947, Jackie Robinson fue víctima de insultos racistas por parte de algunos fanáticos de béisbol y su compañero Pee Wee Reese decidió ir a abrazarlo como forma de consuelo.
    Ese gesto de Reese con Robinson se convirtió en todo un ícono de la MLB e incluso hay una estatua de ese momento en Coney Island.
    Los universitarios del fútbol americano de la NCAA protestaron en 2013 por el manejo de los atletas, en busca de mejores compensaciones y estándares de salud y seguridad social.
    Las siglas 'APU' significa 'Todos los jugadores unidos' y por medio de esta le enviaron el mensaje a quienes manejaban la NCAA.
    Carlos Delgado dejó muy clara su protesta en 2004, cuando como jugador de los Blue Jays se sentó durante el himno nacional por estar en contra de los ataques de Estados Unidos a Iraq y Afganistán.
    El jugador, ya retirado, es un ídolo dentro de los fanáticos de los Blue Jays e incluso aún colabora en la parte técnica del equipo.
    Jim McMahon tuvo problemas en 1986 con el comisionado de la NFL, Pete Rozelle, luego de ser sancionado como jugador de los Chicago Beers por el uso de una cintilla de Adidas, no aprobado por la liga.
    A la jornada siguiente, McMahon salió con una cintilla que decía 'Rozelle' como muestra de protesta por lo que el jugador consideró "pequeñeces" corporativas de la NFL.

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    Imagen Getty Images y AP
    El deporte muchas veces se ha transformado en un espcio perfecto para enviar mensajes de protesta o inconformidad frente a alguna situación, que a veces tienen impacto de nivel social o político.

    La controvertida exestrella del baloncesto norteamericano Dennis Rodman es seguramente la única persona en el mundo que llama "amigo" tanto al presidente estadounidense Donald Trump como al líder norcoreano Kim Jong-un, dos personalidades que son, afirma, "más o menos lo mismo".

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    A ambos "les encanta tener el control", aseguró este martes a la AFP en Pekín el exalero de los Chicago Bulls, que ha bebido vodka con Kim y trabajado con Trump en el programa de televisión "Celebrity Apprentice", del que éste lo expulsó por no saber deletrear el nombre de su esposa Melania.

    Rodman se dice convencido de que estos dos imprevisibles líderes "son más o menos lo mismo" y que las amenazas de guerra nuclear entre ambos países no son más que un inofensivo "espectáculo". "Nadie tiene el dedo sobre el botón", asegura.

    En un momento en que aumenta la tensión entre Pyongyang y Washington, este exjugador de baloncesto de 56 años se presenta como un pacificador internacional dispuesto a mediar para alcanzar un acuerdo.

    'Dinámica totalmente diferente'

    Rodman llegó a China el lunes, tras hacer escalas en Tokio y en el territorio estadounidense de Guam. Esperaba poder organizar un viaje a Pyongyang, ciudad que ya ha visitado en cinco ocasiones, pero se vio bloqueado por una orden estadounidense que prohíbe a sus ciudadanos viajar a ese país.

    Está intentando, afirma, obtener "un pase especial" de Trump para visitar Corea del Norte a principios del año que viene. Una vez allí, quiere rodar un documental y escribir un libro sobre su relación con Kim.

    Rodman cree que puede "aliviar la presión en lo que concierne a la comunicación" entre Estados Unidos y Corea del Norte.

    Asegura que durante uno de sus viajes en 2013 y 2014, el líder norcoreano le pidió que transmitiera tres peticiones al gobierno de su país, y que si no lo hizo fue porque Kim le advirtió que ejercer de mediador podría representar un peligro para él.

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    Pero eso fue antes de que Trump llegase a la Casa Blanca. "Todo este asunto conmigo, Kim y Donald Trump, tiene ahora una dinámica totalmente diferente", afirma.

    'Un tipo del siglo XXI'

    Rodman -que llama a Kim el "mariscal" y afirma que el dictador lo apodó "amigo para siempre"- ha practicado juegos etílicos, cantado karaoke y montado a caballo con el líder norcoreano de 33 años.

    Kim, fan desde hace muchos años de los Chicago Bulls, llevó al exjugador a su isla y a su estación de esquí, e incluso le permitió tomar en brazos a su bebé, algo que no ha hecho ningún otro estadounidense.

    Rodman se refiere a él como "un tipo del siglo XXI", que ha tenido que soportar los efectos de decisiones tomadas por "tiranos" como su padre y su abuelo, el fundador de Corea del Norte, Kim Il-Sung.


    Video Trump asegura que debido a su Twitter, Colin Kaepernick no tiene equipo
    El exmariscal de campo de los San Francisco 49ers es recordado por arrodillarse cuando suena el himno nacional en protesta contra el racismo.
    1:07 mins

    Kim Jong-un "está en una posición en la que probablemente quiere hacer muchas cosas realmente positivas", dice. "Creo que la estructura del sistema simplemente no le permite hacerlo", afirma.

    Y agrega: "Lo he visto. Lo ves feliz y, de repente, lo ves contenerse. Quiere apretar ese gatillo, quiere dejar que su pueblo tenga más libertad".

    Real Madrid no entiende que una expulsión puede afectar en el clásico

    Redacción deportes, 12 dic (EFE).- Zinedine Zidane y Marcelo mostraron el sentimiento de los integrantes del Real Madrid, que no comprenden que una expulsión en el último partido que disputen en el Mundial de Clubes de la FIFA, tenga consecuencias en Liga si hay una expulsión que impediría jugar el clásico ante el Barcelona.

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    Los jugadores del Real Madrid se quedaron sorprendidos cuando conocieron que, según el Código Disciplinario de la FIFA, una expulsión en el último partido que disputen en el Mundial de Clubes, tendrá repercusión en LaLiga Santander, con el clásico del 23 de diciembre como próximo partido.

    "No nos influye nada, vamos a jugar como siempre", aseguró Marcelo antes de mostrarse crítico. "Este torneo es un premio por ganar la Champions y no tiene nada que ver con el resto. Ser castigado en Liga si eres expulsado no me parece justo, pero estamos aquí para jugar al fútbol y no vamos a quitar el pie pensando en el partido del Barcelona", opinó.

    En la misma línea se expresó el técnico Zidane, admitiendo que sus jugadores pueden quitar la pierna a la hora de la verdad pensando en un clásico decisivo.

    "Es una cosa que puede pasar (no meter la pierna). Son dos competiciones diferentes y me parece un poco fuerte si pasa eso; pero como no va a pasar nada porque pienso positivo y vamos a hacer todo lo posible, pensando que ante el Barcelona vamos a jugar todos. Es un poco extraño pero lo aceptamos, no podemos hacer nada", sentenció.

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