NUEVA YORK - Sonó la alarma a los 25 minutos del partido ante Toronto FC, cuando buscando cortar un pase Diego Valeri se torció bruscamente el tobillo derecho. Intentó caminar, pero no hubo caso y dejó el campo.
Los primeros estudios mostraron simplemente un esguince, que lo sacará de las canchas por un puñado de partidos.
“Es un chico muy positivo, él regresará pronto, es sólo el tobillo. Será una, dos o o tres semanas, a veces es engañoso (el proceso de recuperación)”, dijo el entrenador de los Portland Timbers, Caleb Porter.
Valeri regresó a comienzos de mayo y le cambió la cara a su equipo. Para eso debió atravesar una larga recuperación por la operación del ligamento cruzado anterior de su pierna izquierda.
No fue la primera vez que el talentoso volante argentino logró rehabilitarse tras una severa lesión. Tenía pocos partidos como profesional cuando se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha en noviembre de 2005.
Cara de adolescente y apenas 19 años de edad pero ya era una pieza importante en Lanús.
“Sé que me la tengo que bancar. Es algo que suele pasar en el fútbol", decía a TyCSports el volante antes de una operación que lo sacaría de la cancha por siete meses.
Valeri volvió y fue una de las figuras para darle el primer título en la historia al club “Granate” en el Torneo Apertura de 2007. Valeri fue el segundo goleador del equipo, con seis conquistas en 19 jornadas.
La ilusión de jugar su primera Copa Libertadores se desvaneció en marzo del 2008, cuando en un partido contra Deportivo Cuenca de Ecuador el argentino pidió el cambio con lágrimas en los ojos. Esta vez era la rodilla izquierda, que era envuelta en hielos. Los estudios confirmaron un esguince, que lo mantuvo fuera de las canchas.
El talentoso volante además padeció una pubialgia y cerró ese año con un desgarro.
“Nunca se me pasó por la cabeza rendirme. Soy joven y me queda muchísimo tiempo para conseguir miles de cosas”, decía en la pretemporada del 2009, en una entrevista con el diario Olé.
El traspaso al fútbol europeo también vendría con lesiones. Tras dos meses con el Porto sufrió la fractura de un hueso que lo sacó 60 días de la cancha; durante su estadía en Almería, de España, en la temporada siguiente, las molestias musculares fueron dominantes.
Sin embargo, Valeri siempre trabajó para volver a la cancha, como lo demostró después de la rotura del ligamento en la última jornada de la temporada 2014 con los Timbers.