Atletismo

    Geo González | Hay historias que merecen ser contadas

    Quien puede superar los obstáculos difícilmente es detenida por una valla.


    Por:
    Geo González.


    Es el año 2005. Jéssica Aguilera es policía, atleta, nicaragüense de 20 años, no tiene padre y mantiene a su familia.

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    Corriendo los 400 metros ganó el derecho de participar en el Campeonato Mundial de Atletismo en Helsinki.

    Al llegar a la zona de registro le dicen que no aparece en ninguna lista de los diferentes hits eliminatorios. A punto de dar media vuelta en la fila la llaman y le dicen:

    - “¡Oiga espere! Su nombre sí está, pero en la lista de los 400 metros con vallas”.

    - ¿400 con obstáculos? Esa no es mi prueba.

    Teniendo en sus manos el argumento suficiente para regresarse y no ser recriminada en lo absoluto, Jéssica se quedó y corrió la prueba.

    Si imaginan ustedes un momento único donde se escucha el disparo de inicio, Jéssica abandonando el block de salida como de rayo, pasando una a una las vallas de forma grácil y natural como si lo hubiera hecho toda la vida, reviviendo en su mente las imágenes de su madre y sus hermanos para después, en un foto finish, lanzar el corazón por delante y logra la hazaña de colarse de forma insólita a la semifinal…

    Pues ve usted mucha tele, porque la neta eso no sucedió.

    La intrépida Jéssica Aguilera corrió y pasó como pudo las mentadas vallas una a una hasta cruzar la meta. Con decirle que estuvo a punto de entrar en el foto finish, pero del siguiente hit.

    Registró tiempo de doce segundos después de la rusa Yuliya Pechonkina, record mundial, que, en pruebas de velocidad, no solo es uno, sino dos mundos de diferencia. Es justamente la diferencia que existe entre el primer y el llamado tercer mundo.

    ¡Ah! Pero yo no le pienso dejar a usted con el sabor extraño de una historia desafortunada. Jéssica hizo un gran coraje, no por el error en la inscripción, sino por haberse quedado a tres centésimas de romper el record nacional de Nicaragua, que llevaba 23 años intacto y dijo que a partir de ahora incursionaría en las dos pruebas: 400 y 400 con vallas.

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    Antes de pedir la cabeza de quien cometió el error en el registro le invitó a esta reflexión.

    ¿Cuál es la prueba que corre una mujer de 20 años, de un país en subdesarrollo, azotado por la guerrilla y la carencia, cuyo sueldo de policía representa el sustento de una familia que a los 11 años corría descalza para ganarse un tarro de jalea de mango para compartirlo con sus hermanos y pudiendo entrenar solo dos horas diarias?

    ¿Verdad que es una carrera con obstáculos? ¿Culparía usted a quien llenó la forma con tal honestidad? Yo no y estoy segura que Jéssica tampoco.

    Créame, quien puede superar los obstáculos difícilmente es detenida por una valla.

    Foto finish

    Jéssica regresó a Nicaragua y cumplió su promesa: los 400 con vallas. Seis meses después rompió el record de su país y no solo eso también empezó a correr los 100 metros. El 16 de agosto del 2008 Nicaragua tenía una corredora de velocidad en los Juegos Olímpicos de Beijing. Era Jéssica Aguilera.

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