Justo el año en que México vio ganar a un boxeador su más reciente medalla olímpica previa a Río 2016, Misael Rodríguez perdió a su padre.
Junto a su madre, el lugar para la medalla olímpica de Misael Rodríguez
El boxeador mexicano que ya aseguró el bronce en la categoría de 75 kilos en el boxeo de Río 2016, tiene una bella y trágica historia detrás de él.
Don Jesús Manuel Rodríguez murió en un accidente automovilístico en el año 2000 cuando él pequeño Misael tenía seis años.
Así su madre, doña Aurelia, tuvo la difícil misión de ser madre-padre para él y sus hermanos: Jesús Magdiel, Aarón Francisco y Ramón Eduardo.
Por ello, Ismael habla de ella con veneración como solo un hijo criado por una madre sola podría hacerlo. La describe como una “guerrera”.
Le ha dicho a la prensa que ella ha contado por los dos y no disimula lo que ahora mismo ya intuíamos todos. Ella, lo confiesa, le ha dado el carácter para estar arriba del ring.
Un día Misael se calzó los guantes de box y aquello le gustó. Salió de su casa en Chihuahua hace cuatro años para buscar lo que hoy ha conseguido, una medalla olímpica.
Hace dos entró a las “grandes ligas”. Ese 2014 se colgó la medalla de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Veracruz. El año pasado en los Juegos Panamericanos fue bronce y en el Mundial de Catar, también en el 2015, alcanzó los octavos de final.
Y aunque a doña Aurelia no le guste verlo boxear porque se pone “muy nerviosa”, todas las preseas que Ismael gana tienen el mismo fin. “Cada medalla que gano es para ella” ha dicho siempre a la prensa.
Hace no mucho, en el 2015, Misael debió ganarse su lugar en Río 2016, para ello ante el retiro del apoyo de las autoridades mexicanas, él y todo el equipo de boxeo debieron ‘botear’ en microbuses y autobuses para recolectar el dinero necesario para asistir a Doha, Catar.
Coincidentemente, Christian Bejarano -el boxeador que ganó aquella medalla en Sidney hace 16 años- también es de Chihuahua e Ismael le conoce bien. Incluso le dio algunos consejos para poner en práctica en los Juegos Olímpicos.
Debutó en Río 2016 derrotando en un aguerrido combate por decisión al iraquí Abdulridha Karaawi en la categoría de 75 kilogramos. Luego ante la eliminación del irlandés Michael O’Reilly, por dopaje, se enfrentó en cuartos de final al egipcio Hussein Adbin y le venció 28-27 en tres rounds que dominó.
El sueño está cumplido, la medalla es suya. Tiene un bronce asegurado, aunque aún puede mejorar lo conseguido cuando enfrente a Bektemir Melikuziev de Uzbeskistán en las semifinales. De vencerlo estará en el combate por la presea de oro.
Pero desde antes, todo lo tenía claro el chico de Parral, Chihuahua. La dedicatoria, "todo esto es para mi madre y a la memoria de mi padre” y el lugar donde irá su medalla, aunque lo confirmó, entre sonrisas y entusiasmo, ante las cámaras de alguna televisora luego de su combate con el egipcio: “¡mamá, haga lugar para otra medalla!”.