Por Francys Romero/El Estornudo
La verdad oculta de los millones tras los peloteros cubanos
Las Grandes Ligas han desatado la fiebre de los millones, más en el mercado cubano. Pero se desconocen las desventuras existentes detrás de una firma.
Últimamente he investigado sobre los contratos de los peloteros cubanos y las firmas de grandes montos de dinero. He escuchado decir a especialistas, scouts, analistas y personal cercano al mercado: “Le están pagando muchos millones a los cubanos”.
Y es cierto, los equipos de Grandes Ligas han desatado la fiebre de los millones desde hace algunos años, no solo con el mercado cubano sino en índices generales. Pero la generalidad desconoce las desventuras existentes detrás de una firma.
En el 2015, ubiqué más de 150 peloteros fuera de Cuba, lo que representó un récord anual en la migración del béisbol cubano. El promedio de edad de esta ola migratoria no supera los 23 años.
Incontables prospectos han firmado contratos cuantiosos que rebasan los cinco millones. Pero la pregunta que se desprende es la siguiente: ¿cuánto dinero de todos estos millones cobran los jugadores realmente?
“Eso de millones es puro cuento. Son los tiburones quienes se quedan con gran parte del dinero y la otra parte, los impuestos”, dice una fuente. “Solo puede representar a un pelotero quien sea abogado y tenga una licencia de la MLB que le permite representarlo. Los dominicanos que se llevan a los cubanos no son agentes, son buscones que convienen con el pelotero desde Cuba por un 45% para después buscarle y vendérselo a un verdadero agente que pedirá un 15% mínimo, más los gastos. Estamos hablando de un 70% en total del bonus.”
Para que se tenga una idea, cuando el jugador está en el roster de 40 de MLB, el máximo para los agentes permitido es un 5%. “Pero en el caso de los cubanos no hay límites, y eso alimenta el abuso de los agentes. A veces se quedan con un 50% y a veces son contratos peores” dice Arturo Marcano, escritor de ESPN y abogado.
"Aquí los tiempos ya no están cómo antes. Desde que yo llegué a este país, hace casi un año, todo el mundo me habla de 25 a 30%. Y con peloteros de más renombre, la tajada es mayor", comenta el receptor habanero Oscar Valdés, quien hace unos días fue declarado agente libre.
Con la eclosión migratoria del béisbol cubano, el número de usureros y agentes sin licencia se disparó.
Los chantajes y las deportaciones
La escala del problema llega a lugares insospechados. Si bien peloteros de mayor calidad, como Yasmany Tomás, Héctor Olivera o José Dariel Abreu, tuvieron luego que ceder un porcentaje mayor de sus contratos, en principio se libraron de los adelantos que de propia cuenta los peloteros de menor valía tienen que entregar a los buscones.
“Aquí algunos acordaron hasta el 40 o 45%, aún corriendo el riesgo de que los deportaran, como ocurrió con Carlos J. Viera y Alain Tamayo”, dice Lerys Aguilera, inicialista holguinero, asentado en República Dominicana desde hace tres años.
Según una fuente, “eso pasa porque los atrapa la policía y como están ilegales, si quien los tiene no paga, los deportan. La policía dominicana es la más corrupta que se haya visto.”
Hay varias deportaciones hasta la fecha. A Tamayo y Viera –lanzadores de Granma y Las Tunas, respectivamente– se unen los industrialistas Julio Montesinos, Eddy Abel García y David Mena.
“Sin ningún tipo de estatus migratorio te pueden detener por cualquier cosa. También está el mal manejo de los representantes. Muchos (cubanos) han optado por irse hacia Puerto Rico aprovechando la opción política para poder llegar a Estados Unidos. Pero si no resulta, los deportan”, dice Aguilera.
Actualmente, alrededor de 200 peloteros cubanos se encuentran en Dominicana. Algunos bien representados, con agentes profesionales de valor. Otros, a la deriva.
“Eso no son los únicos ni serán los últimos deportados” dice, desde allá, el lanzador tunero Dael Mejías. “A Jeans Rodriguez, Yadir Rabí y dos peloteros más los apresaron y no sé qué habrá pasado. Los detuvieron en migración y estaban por deportarlos. Les pedían mucho dinero por soltarlos y al parecer ellos no tenían la cantidad. Los cogió la Marina, eso quiere decir que se iban en lancha para Puerto Rico.”
La última deportación desde Dominicana, el pasado 12 de abril, fue la del lanzador zurdo de Pinar del Río Julio Alfredo Martínez, quien se negó a pagar los 30.000 dólares que se le pedían. Los peloteros de nivel, como él, son extorsionados y chantajeados a pagar altas sumas (más de 20.000 mil dólares).
Al día de hoy, alrededor de quince jugadores cubanos han sido deportados, sobre todo porque muchos funcionarios, buscones y agentes de cuarta se hallan en complot y conspiración con elementos corruptos de la policía e instancias elevadas del gobierno.
Evolución y diagnóstico
Hace veinte años, Orlando “El Duque” Hernández creyó que firmaba con su agente Joe Cubas por un 5% cuando en realidad lo estaba haciendo por un 30. También por esas fechas se recuerda el caso de Gus Hernández, condenado por tráfico de jugadores y personas.
Más recientemente, el agente Bart Hernández, asociado con la agencia Miami Praver Shapiro Management, fue acusado por contrabando de peloteros como Leonys Martín, y el fenómeno podría seguir aumentando, debido a dos factores fundamentales:
1-Este tipo de agentes, buscones o traficantes no están al alcance de la MLB.
2-La emigración del béisbol cubano asciende por año desde el 2010 y no parece detenerse.
Existe otra tendencia que agrava el problema de las deportaciones, y es la falta de enfoque y el mal comportamiento del pelotero cubano. “Hay algunos que han venido aquí y han tomado esto como un disfrute, y por esa parte han fallado” dice Mejías, próximo a firmar con una organización de Grandes Ligas
Detrás de un contrato de miles o millones habita una novela semejante a La Odisea. Un secreto que a muchos sectores enriquecidos de este negocio no les conviene que sea conocido.
Lo que se gasta en trámites para sacar a los jugadores desde Cuba junto a sus familias, más entrenadores, comidas, hoteles, casas de alquiler, medicina, ropa o cumpleaños, luego se paga con el contrato a un interés multiplicado.
“Los jugadores, incluso ya con experiencia, están firmando lo que sea. Algunos firman desde Cuba, no creas que eso se firma fuera. Ese se firma desde la misma casa, en presencia de papá, mamá, la abuelita, todos juntos. Y los engañan, porque no saben ni donde están parados” dice una fuente.
Dudas
¿Existirá alguna ley que prohíba un contrato en el que los peloteros tengan que ceder más del 40%? ¿Podrían la MLB y Cuba resolver, en un futuro no lejano, la esencia de este fenómeno?
“Hasta ahora no hay ninguna regla que prohíba. Igual pasa con dominicanos y venezolanos. Es un negocio donde el jugador y su familia deben tener mucho cuidado. Es así, y no son solo los cubanos, es un problema general en Latinoamérica” dice Arturo Marcano.
La generación de talentos cubanos emigrantes ha tenido que enfrentar dilemas y desfavorables batallas. Por lo pronto, entre tantas contradicciones, hay una parte claramente beneficiada y otra que, al interior de las cosas, sigue silenciada.