Usain Bolt: el fenómeno de la naturaleza que redefinió al atletismo
Un hombre con defectos físicos y disciplina laxa se convirtió en el más rápido de todos los tiempos, que está por terminar su carrera deportiva.
Usain Bolt es un fenómeno. Y no, no es metáfora ni alegoría. Es un fenómeno. Lo más imperfecto en físico y en la disciplina que se haya visto en la élite del atletismo, el hombre que representa el antes y el después en la velocidad.
Sus marcas y palmarés dan cuenta del ser humano más rápido que se haya registrado en la historia. Su marca mundial de los 100 metros planos, de 9.58 segundos, difícilmente será rota en décadas. La competencia en el tartán siempre era sólo contra él y en el resto de los carriles sólo había comparsas de su espectáculo, gente que en otros tiempos habrían sido considerados dioses.
Sabemos sus récords: 9.58 segundos en los 100 metros planos y 19.19 segundos en los 200, ambos fijados en los Campeonatos Mundiales Berlín 2009. Sus ocho medallas de oro en Juegos Olímpicos que habrían sido nueve de no ser por el dopaje de Nesta Carter en Beijing 2008, que le quitó el oro a los jamaiquinos.
Nadie había ganado dos veces consecutivas los 200 metros planos en los Olímpicos; Bolt los ganó tres veces; sólo Carl Lewis había ganado dos veces los 100 metros planos, la segunda, beneficiado la descalificación por dopaje de Ben Johnson en Seúl 1988; Bolt los ganó tres veces.
Si juntamos todas las competencias de Bolt entre Olímpicos y Mundiales desde Beijing 2008, sólo dos "rivales" lo pudieron vencer: el dopaje de Carter y una salida en falso en las eliminatorias de los 100 metros planos de Daegu 2011 que provocó su descalificación. Ante los humanos, Usain ha sido invencible.
Pero sostengo que llamarlo un fenómeno no es metafórico. Bolt redefinió los estándares del atleta ideal que tardaron décadas en definirse.
El biotipo del velocista ideal es de una estatura de entre 1.80 y 1.85 centímetros y Bolt mide 1.95, lo cual, si bien a simple vista le daría una zancada más larga, también lo hace más pesado, y eso en pruebas de explosividad pura es una desventaja. ¿Qué acelera más rápido, un tráiler o un auto deportivo?
Pero no sólo es eso. Bolt se enteró a los 18 años de edad, cuando ya había sido campeón mundial juvenil, que su pierna derecha mide 1.5 centímetros que la izquierda. Eso genera dos inconvenientes: una pisada desigual y más difícultad para correr en la curva durante los 200 metros.
El primer "problema", el de la estatura, lo compensó con potencia, con una composición superior a la normal de tejido blanco en sus músculos que le permite contraerlos más rápidamente y producir energía con menos oxígeno. No es casualidad que Bolt generalmente inicie la carrera en los últimos lugares, le cuesta más trabajo acelerar, pero su potencia es inalcanzable para el resto de los mortales.
El segundo ha sido el reto permanente para su entrenador Sam Mills, el de compensar ese "defecto de fábrica". Un estudio de la Universidad Metodista del Sur, publicado en junio pasado, demostró que la zancada de Bolt es desigual, su pierna izquierda permanece 14 por ciento más tiempo en el piso que la derecha y que ésta tiene un 13 por ciento más de fuerza máxima al tocar la pista.
Un debate que no tenía fundamentos científicos, pero que estaba cerrado, se reabrió con el caso de Bolt: existía la creencia de que una zancada desigual ralentizaba al corredor. No es necesario hacer una observación demasiado aguda para darse cuenta de que el hombre más rápido del mundo camina como pato y basta una toma en cámara lenta para observar el extraño estilo del jamaiquino para correr.
Pero más allá de eso, Usain Bolt dista de ser el deportista más disciplinado del mundo. Le encanta la fiesta, le gusta ser DJ y de su dieta basta decir que podría comer nuggets de pollo todo el tiempo. Le gusta tanto el fútbol que ha coqueteado con jugar para el Manchester United y el Borussia Dortmund.
Entre las lesiones que ha sufrido, en buena parte por sus problemas físicos, y sus múltiples pasiones, desde hace años Bolt compite en temporadas cortas y elige muy bien sus batallas. Sus únicas prioridades son los Mundiales y los Olímpicos y se las arregla para llegar a ellos siempre en forma. El año pasado hubo dudas sobre si llegaría en plenitud a Río 2016, pero el final de esa historia lo conocemos todos.
Estamos ante las últimas dos pruebas (incluidas sus respectivos procesos eliminatorios) de Usain Bolt en la alta competencia, pues declinó participar en los 200 metros planos. Este sábado por la tarde, el de la prueba reina del atletismo, donde si no hay ninguna tragedia, lo veremos correr por última vez en la recta en solitario.
El sábado siguiente, el 12 de agosto, será la Final del relevo 4x100.
Los Campeonatos Mundiales de Londres servirán para despedir a Bolt y rendirle culto, aún si llegara a perder alguno de los dos oros que disputará. El resto se batirá en el tartán para perfilarse como su sucesor.