El martes fue la última vez que el pitcher zurdo mexicano, Jaime García, se puso un uniforme de béisbol, al menos para realizar el oficio que estuvo ejerciendo desde los 19 años, cuando saltó al profesional con los St. Louis Cardinals, con quienes se convirtió en el segundo mexicano en lanzar en lanzar en una Serie Mundial, solo detrás de Fernando Valenzuela.
Jaime García: “Ya no hay pasión, estaba haciendo esto solo por trabajo”
El zurdo mexicano, uno de los pitchers aztecas más ganadores de la historia de las Grandes Ligas, se despidió después de la eliminación de los Naranjeros de Hermosillo en la liga invernal de su país.
“Ya no hay pasión”, sentenció en una rueda de prensa que ofreció a los medios, este miércoles, para decir adiós . “Tengo la paz mental de que di todo lo que podía, ya no queda nada . Ya mi cuerpo no funciona y yo estaba haciendo este trabajo por un negocio y porque he podido bendecir la vida de muchas personas en el tema financiero y espiritual”.
García hizo mención de una operación que tuvo en 2014: “ Después de eso estuve a punto de decir adiós”, expuso. “Fue muy difícil, pero ya cuando logré mis diez años (en MLB) dije que ya no existía más pasión, la cual ahora es completamente diferente a esto. Lo hablé con mi familia, lo analicé y desde que venía a Hermosillo la decisión estaba tomada”.
El zurdo estaba lanzando con los Naranjeros de Hermosillo en la Liga Mexicana del Pacífico. El conjunto anaranjado quedó eliminado en la primera vuelta de la postemporada y el ex grandeliga entonces aprovechó para dar a conocer su decisión, luego de completar diez campañas en las mayores, en las cuales ganó 70 partidos, dejó efectividad de 3.85, 925 ponches en 1135 entradas y ganó una Serie Mundial en 2011.
“Sufrí depresiones, angustias y dolores por tanto desgaste mental”, admitió. “Estoy agradecido con el Señor y mi familia por todo el apoyo que me dieron a lo largo de mi carrera”.
La carrera de García concluye con un sabor agridulce en el cual pudo convertirse en el mejor pitcher mexicano en la gran carpa, pero las lesiones se lo impidieron. Se marcha del béisbol apenas con 32 años.