Zlatan Ibrahimovic es la gran figura de todos los tiempos en el balompié sueco, ganador absoluto en el Ajax, Juventus, Inter, Barcelona, Milan, PSG y que ahora se labra una nueva historia en el Galaxy, mundialista en 2002 y 2006, polémico, extrovertido, altanero, fiestero y que decidió abandonar a su selección tras finalizar la Eurocopa 2016. Todo esos adjetivos, pero a la inversa, son los que se le atribuyen a Emil Forsberg, actual figura de Suecia, quien guió al equipo hasta los cuartos de final.
El ‘Anti-Zlatan’ de Suecia que ayuda a los niños que sufren la guerra en Siria e Irak
El actual ‘10’ sueco es lo contrario a Ibrahimovic en personalidad, su esposa es de origen kurdo y eso lo ha sensibilizado para causas sociales
La prensa de su país lo conoce como el ‘Anti-Zlatan’, es cierto que heredó la camiseta ‘10’ y que incluso también pasó por el Malmo, pero el perfil de Forsberg es bajo, tímido, con una vida reservada, alejada de los grandes reflectores, nunca se le ve descolocado dentro ni fuera de la cancha. Incluso, se da tiempo para labores humanitarias para ayudar a los niños afectados por la guerra en Siria e Irak, debido a que está casado con la futbolista Shanga Hussain, de origen kurdo.
“Ahora estamos recolectando dinero para financiar un nuevo techo para el hospital pediátrico, dañado por las explosiones. El tiempo apremia porque los inviernos son muy duros en aquella zona”, indicó el volante, al tiempo de recordar que su cónyuge tiene familiares viviendo en Irak: “Muchos escaparon cuando empezó la guerra con ISIS (Estado Islámico)”.
Está claro que el dinero no es la prioridad en su vida tras haber rechazado una oferta del Liverpool para continuar su carrera en el Leipzig, conjunto al que llegó cuando estaba en Segunda División: “El hecho de que Shanga sea feliz aquí (juega en el equipo femenino del Leipzig) supone un papel importante en nuestra decisión de quedarnos. Ella es mi crítica más dura. Cuando regreso de un partido y está muy tranquila, sé que he jugado muy mal. Pero es bueno tener a alguien cerca que entiende de fútbol”.
Lo cierto es que Suecia regresó a una Copa del Mundo tras haber estado ausente en las ediciones de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, libró la eliminatoria ante Italia sin Zlatan Ibrahimovic y se ha instalado en los cuartos de final, ante Inglaterra, de la mano de un Forsberg dadivoso en la cancha: “Hemos aprendido a jugar sin Zlatan”, aseguró su compañero Marcus Berg. Emil reconoció que su gol ante Suiza fue de suerte, esa es la humildad del hombre que hoy en día guía las riendas suecas.