La selección de Rusia está a poco más de 24 horas de dar arranque a su Mundial, un evento que ha pasado por cuestionamientos sociales, económicos, políticos y en las últimas lo que en teoría debería de ser lo principal… el futbolístico.
Rusia, ¿el país sede más débil en temas futbolísticos?
El anfitrión en 2018 buscará cubrir la falta de talento y nivel futbolístico en la cancha con el apoyo de su gente y el conocimiento total de sus tierras.
Ser sede de un Mundial en sus inicios era una garantía para pelear por el título. El formato del torneo, la cantidad de rivales y el nivel de juego ayudaban a conseguir la copa.
Tal como paso en las primeras ediciones, donde Uruguay ganó como local y cuatro años después fue Italia.
Hoy en día la situación dista mucho de esos tiempos, el anfitrión debe de tener nivel de juego si en verdad quiere competir por el campeonato.
Las últimas selecciones con peso que intentaron ganar el campeonato de local fueron Alemania y Brasil sin tener mucho éxito.
Rusia llega a su copa con la presión a tope en cuestiones de cancha y con el riesgo de que el posible apoyo incondicional de sus seguidores se convierta en presión.
Los resultados no han estado a favor de los ‘Osos Tricolor’, no conocen el triunfo en lo que va del 2018, donde acumulan tres derrotas y un empate.
Reflejo de una falta de fútbol asociación en la cancha los europeos se presentan como una de las naciones anfitrionas más débiles que se han visto.
Pese a estar en la confederación con mejor nivel de todo el mundo los rusos no han avanzado en la cancha, pese a traer entrenadores de renombre y tener poder adquisitivo.
Casos como Corea del Sur, Japón y Sudáfrica han intentado ocupar su localía y el “apoyo” de los organizadores para trascender sin grandes resultados. Siendo los surcoreanos los que mejor le sacaron provecho sin ser potencias.
En su copa el equipo logró llegar a semifinales del torneo con un nivel de juego aceptable y un golpe de suerte aunado a errores arbitrales.
Los rusos tendrán su gran reto arrancando ante Arabia Saudita, intentando explotar en conjunto sus canchas, su clima, los fanáticos y todos los factores ajenos que puedan colaborar ante un futbol que no da para más de dos goles a favor y ocho en contra en los últimos cuatro partidos.