El sueño de Braian Angola de ser el primer colombiano en la NBA se vio frustrado al inicio de la campaña 2018 cuando el Orlando Magic no le ofreció un contrato pese a jugar la pretemporada.
Braian Angola se quedó sin ‘Magia’ como otros latinos que no trascendieron en la NBA
El basquetbolista colombiano no pudo conseguir un contrato con el Orlando Magic, un revés que recuerda otros casos que no pudieron destacar en la duela más importante del mundo.
El alero nacido en Villanueva, Casanare aspiraba a formar parte del Magic, pero no logró quedarse con uno de los dos contratos duales que ofreció el equipo. Angola no convenció del todo al entrenador Steve Clifford, en sus dos duelos de preparación, y se quedó sin lograr debutar de forma oficial.
Mucho se especuló con la posibilidad de que el basquetbolista de 24 años y 1.98 m de estatura se convertiría en el primer colombiano en la NBA, pero ese acontecimiento histórico para el país sudamericano tendrá que esperar, al menos por ahora.
Angola-Rodas se destacó en el baloncesto colegial con la Universidad de Florida, lo que le valió ganarse un lugar en el equipo del Magic que disputó la Summer League, para luego probarse en la pretemporada. Aunque no pudo firmar con el primer equipo de Orlando, sí logró quedarse en el Lakeland Magic, filial del club en la G-League, donde lucha por continuar su anhelo.
El tropiezo en la naciente carrera del colombiano hace pensar que el jugador no está preparado todavía para dar el salto al profesionalismo, y también nos hace recordar otros casos de latinoamericanos que no dieron el ancho en las duelas del mejor baloncesto del planeta.
El primero en la lista es el mexicano Horacio Llamas. Si bien se trata del primer basquetbolista de México en jugar en la NBA, el centro de 2.11 m de altura debutó en 1996 con los Phoenix Suns enfrentando a los Houston Rockets con monstruos como Charles Barkley y Hakeem Olajuwon.
Compartió entrenamientos en los Lakers con un adolescente Kobe Bryant y se retiró anotando una canasta de 3 puntos, asistido por la leyenda Michael Jordan, pero la realidad es que la carrera de Llamas se limitó a jugar un total de 143 minutos en 28 juegos NBA en dos temporadas.
Otro caso es el del mexicano Jorge Gutiérrez. El nativo de Chihuahua cumplió su sueño de llegar a la NBA en la 2013-14 gracias a la oportunidad que le dio Jason Kidd con los Brooklyn Nets. El base no pudo ser regular con los neoyorquinos y al año siguiente fue enviado a Milwaukee Bucks.
Sin gozar de continuidad en tres temporadas, pasó por los Charlotte Hornets y volvió a probarse con los Nets, pero acabó despedido y desde entonces ha desarrollado su carrera en el básquetbol de Europa entre Italia, Grecia y España. En 2017 intentó volver con Trail Blazers pero no lo logró.
Un caso peculiar es el de Gustavo Ayón. El tercer mexicano en lograr el sueño, tras Llamas y Eduardo Najera, nativo de Zapotán, Nayarit arribó a las duelas NBA en 2011 con los New Orleans Hornets, pero no pudo afianzarse en la quinteta y luego pasó al Magic.
Al cabo de 135 partidos en la mejor liga del mundo, también jugando con Hawks y Bucks, Ayón acabó su aventura por Estados Unidos y se marchó al básquetbol europeo donde triunfa con el Real Madrid desde 2014, cosechando múltiples campeonatos con los blancos.
Aztecas como ‘el Titán de Nayarit’ no ha sido los únicos en luchar por labrarse un camino en la NBA. También hay casos entre otros latinos, tanto brasileños como argentinos. Marcelo Huertas llegó tarde a la liga y no pudo hacerse con un lugar en Los Angeles Lakers.
El italo-brasileño arribó a los 33 años a la NBA para jugar dos temporadas con los angelinos, pero no pudo ser regular y regresó a la liga española donde vivió los mejores momentos de su trayectoria. Otro caso similar es el de Pablo Prigioni, argentino que dio el salto a la NBA a los 35 años para jugar con los New York Nicks y luego pasó por Rockets y Clippers sin pena ni gloria para volver a Europa.
Cabe señalar que Angola-Rodas no es el primer cafetero en estar a punto de firmar con equipo NBA. En 1992, Álvaro Teherán disputó cinco juegos de pretemporada con los Philadelphia Sixers, pero al final no quedó en el roster. Fue lo más cerca que había estado Colombia de tener un embajador en la élite. Ahora, la historia se repite pero quizás muy pronto Braian Angola logre cumplir su sueño, y vaticinio de su difunto padre, de jugar en la mejor liga de baloncesto del orbe.