Después del triunfo en el Juego 1 de la serie de Playoffs de primera ronda de los Celtics sobre los Bulls en 1986, el movedor de Boston, Danny Ainge, fue contactado por el periodista Mike Carey, del Boston Herald, quien le tenía una oferta algo extraña: Michael Jordan quería jugar una ronda de golf y hacía falta uno.
El improbable lazo que forjaron Danny Ainge y Michael Jordan
El presidente de operaciones de los Celtics relata cómo el golf y la competencia lo ligó a MJ.
Carey, quien tenía un trabajo adicional como organizar sesiones de autógrafos con los jugadores de la NBA, fue contactado por el reportero que seguía a los Bulls para el Chicago Sun-Times, Mark Vancil, sobre la petición de Jordan. "Suene divertido", dijo Ainge en aquel momento, según le contó a Adam Himmelsbach, del Boston Globe.
Cuenta el periodista del Boston Globe que había mucho sobre este encuentro que era extraño. Ainge y Jordan se conocían, pero nunca habían pasado tiempo juntos y apenas eran 'amigos'. Ahora, esta reunión sería organizada de alguna manera por un par de reporteros. Y, lo más sorprendente es que se suscitó en medio de una serie de Playoffs.
"Fue muy, pero muy extraño. No creo que alguna vez me haya reunido o cenado, o incluso sostenido una conversación telefónica con ningún otro rival en toda mi carrera antes de un partido de Playoffs", dijo Ainge al Globe.
La partida de golf fue mencionada el domingo durante el lanzamiento The Last Dance, el documental de ESPN de 10 partes sobre los Bulls de Jordan. El duelo de golf fue importante porque luego del mismo, Jordan anotaría 63 puntos en la derrota del Juego 2 en doble tiempo extra de Chicago ante los Celtics.
En una entrevista telefónica el lunes con Himmelsbach del Globe, Danny Ainge contó los secretos de esa mencionada ronda de 36 hoyos en el club de golf Framingham Country Club, en Boston.
"Michael era como yo en el sentido de que no quería realmente hacer otras cosas que muchos jugadores hicieron en esos días", dijo Ainge. “Solo quería jugar al golf. Y tenías tanto tiempo en tus manos".
Ainge dijo que jugaron cada hoyo por dinero, y que ganó más de lo que perdió. Estaba claro que Jordan, siempre un competidor empedernido, no estaba entusiasmado con el resultado. Cuando terminó la ronda, dijo Ainge, Jordan dejó claro que quería volver a jugar para tener una oportunidad de redención. Incluso podría haber querido seguir jugando todo ese día.
"Le gané y le dije unas cuantas bavuconerías", dijo Ainge. “Solo recuerdo que fue un buen momento. Y me dijo cuando me dejaron en mi domicilio, 'dile a tu chico DJ (Dennis Johnson) que tengo algo para él mañana'. Michael era muy competitivo. Realmente, realmente quería ganar ".
Jordan, por supuesto, entró en calor y se despachó con 63 puntos aunque su equipo, y el guardia de los Celtics, Dennis Johnson, haciendo todo lo posible para detenerlo.
"Él acaba de dar una clínica", dijo Ainge. “Todos nos fuimos de esa serie pensando, así como, ‘este chico es el chico nuevo del barrio. Este tipo es el nuevo mejor jugador de la NBA'".
Ainge dijo que no creía que nadie fuera de su cuarteto supiera sobre su salida de golf. Admitió que quizá habría una tormenta de medios si ocurriera algo similar hoy, pero enfatizó en que era extremadamente raro, incluso en ese momento.
Inclusive recordó que una vez fue a jugar al golf en un día libre entre juegos de Playoff con sus compañeros de equipo Larry Bird, Kevin McHale y Rick Robey. Dijo que cuando llegaron a la práctica a la tarde siguiente, el entrenador Bill Fitch dijo que a cada uno de ellos se les multará con 500 dóalres. Ainge, McHale y Robey estaban un poco incómodos. Bird, por ejemplo, no.
"Hubo un poco de silencio", dijo Ainge, "y le tomó a Larry unos cinco segundos, y él dijo: 'Bueno, muchachos, parece que será mejor apostar (en el campo) mañana'".
Aunque el día de Ainge con Jordan en el campo de golf en 1986 fue su primera ronda juntos, ciertamente no fue la última. Ainge dijo que la estrella de los Bulls buscó formas creativas para recuperar la ventaja. Durante una ronda en Phoenix, cuando Ainge jugó para los Suns, Jordan trajo a su exalumno de North Carolina y exjugador de la NBA, Al Wood, que estaba del lado de Jordan en el cuarteto. Jordan le dijo a Ainge que Wood tenía un hándicap de 8, Ainge asintió y comenzó la partida.
"Y Al era cualquier cosa menos un 8", dijo Ainge con una sonrisa. "Jugó ese día como si fuera un handicap más 2. Tiró para 70 en la ronda. Michael se estaba riendo todo de camino al banco ese día. Nos aplastó".
En el verano de 1992, el equipo de EEUU estaba en Portland para jugar en el Torneo de las Américas, un evento clasificatorio olímpico. Ainge no era miembro del Dream Team, pero jugó para los Trail Blazers. Y, por supuesto, Jordan lo buscó y le pidió que llegara al campo mientras estaba allí.
"Jugué 36 hoyos ese día con Michael y fue un día caluroso y soleado", dijo Ainge. “Lo dejé en el hotel y luego me fui a casa, me duché, me vestí y fui a este juego. Y no podía creer cuánta energía tenía después de 36 hoyos bajo el sol abrasador. Estaba presionando en toda la cancha y solo perseguía a todos. Fue realmente impresionante. Su impulso competitivo está bien documentado, pero su resistencia era simplemente una locura".