NBA

    La historia no favorece a LeBron: solo ha ganado tres de cinco series cuando su equipo va 2-0 abajo

    Todas las veces que James ha llegado perdiendo 2-0 una serie ha sido jugando con los Cleveland Cavaliers, pues jamás le sucedió con el Miami Heat.


    Por:
    Jaime Bernal.

    El '23' fue tajante al afirmar que a los prospectos siempre se les ha dado dinero.

    Imagen Getty Images
    El '23' fue tajante al afirmar que a los prospectos siempre se les ha dado dinero.

    Por quinta vez en su exitosa carrera y todas con los Cleveland Cavaliers, LeBron James llega con desvetaja de 2-0 en una serie de playoffs de la NBA. Es más, en tres de sus ocho presencias previas en las Finales regresó a Cleveland con este marcador adverso, así que la historia, al menos estadísticamente, no está de su lado.

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    La primera vez que LeBron vivió esta situación fue en 2007, cuando en las Finales de aquella temporada no pudo evitar ser barrido (4-0) por los San Antonio Spurs.

    En los playoffs en general, los equipos de LeBron tienen una marca de 3-5. También en 2007, los Cavs derrotaron 4-2 a los Pistons en la final de la Conferencia Este, algo que también lograrían hacer para coronarse campeones ante los Golden State Warriors, su rival en la serie por el campeonato por cuarto año en fila, y la reciente remontada ante los Celtics en la final del Este hace un par de semanas.

    En 2016, James, junto a Kirye Irwing y el resto de los Cavs, lograron hacer historia ante el equipo que venía de establecer el mejor récord en temporada regular (73-9), superando a los legendarios Chicago Bulls de Michael Jordan y compañía.

    No obstante, los de Cleveland no lograron repetir la remontada el año siguiente, pues Golden State se puso 3-0 al ganar el primer juego el Quicken Loans Arena, pero a base de garra los Cavaliers forzaron un quinto encuentro en Oakland, choque en el cual los Warriors recuperaron su reinado.

    Un 3-5 con James (37,5% de efectividad) que contrasta del 281-20 (6,6%) en en general en las series al mejor de siete partidos a largo de la historia.

    Además de chocar contra un equipo lleno de figuras y de estar junto a unos compañeros que poco ayudan, con excepción de Kevin Love, Lebron y los Cavs se aferran a esa última estadística para volver a gritar campeón, tal y como sucedió hace dos años.

    El safety de las Águilas de Filadelfia Malcolm Jenkins fue de los jugadores que recién se coronaron en el pasado Super Bowl en decir que no iría a la Casa Blanca, por Donald Trump.
    El ala defensivo de los Eagles, Chris Long, es de los atletas blancos de la NFL que más ha criticado a Trump y sus políticas. El hijo del otrora leyenda Howie Long dijo que no iría a la Casa Blanca.
    El esquinero de los New England Patriots Devin McCourty dijo que no se sentía incluido y que el discurso de Donald Trump lo hacían no sentir deseos de asistir a la casa del presidente de los EEUU.
    Tras los Juegos Olímpicos de PyeongChang 2018, los medallistas estadounidenses fueron invitados a la Casa Blanca. La esquiadora Lindsey Vonn dijo que por razones políticas e ideológicas no asistiría.
    Mismo caso de la joven snowboarder Chloe Kim, quien se colgó una medalla de oro en la justa olímpica y mencionó que ese día debía asistir a una boda, declinando de manera elegante la invitación.
    James Harrison se puede dar el lujo de decir que despreció a dos presidentes, como Barack Obama y George W. Bush. El ex linebacker de los Pittsburgh Steelers le restó importancia a las invitaciones.
    El ala cerrada de los Pats, Martellus Bennett, no fue claro en 2017 al declinar la invitación a la Casa Blanca, pero al ser simpatizante del movimiento 'Black Lives Matter' se entiende porque lo hizo.
    El entrenador de los Golden State Warriors Steve Kerr ha sido uno de los entrenadores de alto perfil del deporte estadounidense más críticos de Donald Trump. Su equipo y él dejaron claro que no van.
    Quizás no al nivel de Lebron James en las críticas al mandatario estadounidense, pero Stephen Curry ha dicho en varias ocasiones que mientras esté Trump como presidente, no aceptará la invitación.
    Tras ganar las Finales NBA de 1991, Michael Jordan declinó la invitación de George H. W. Bush, diciendo que ya lo conocía y que prefería pasar tiempo con su familia sin que se tomara como un insulto.
    En 2015 Tom Brady, quarterback de los Patriotas, dijo que había hecho planes con la familia en esas fechas, pero le molestó que un funcionario lo criticara por el famoso tema del Deflategate.
    En dos ocasiones el otrora jardinero de los Medias Rojas de Boston Manny Ramírez declinó la invitación de George W. Bush, en 2004 y 2007, diciendo que un familiar había enfermado, en ambas ocasiones.
    El golfista Tom Lehman rechazó en 1993 la invitación de Bill Clinton por no haber servido en la Guerra de Vietnam y por diferencias ideológicas con dicho mandatario. Lehman es un ferviente cristiano.
    El otrora guardameta de los Boston Bruins de la NHL, Tim Thomas, rechazó la invitación en 2011 cuando ganaron la Stanley Cup. Citó diferencias políticas con republicanos y demócratas como el motivo.
    En 1997 los Green Bay Packers fueron invitados por Bill Clinton y su ala cerrada, Mark Chmura, declinó por un compromiso para jugar golf. Siempre fue crítico de Clinton y más con el caso Lewinski.

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    Imagen Hannah Foslien/Getty Images
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