Por: Jorge Pinzón Anaya
32 equipos en 32 días: Tennessee Titans, corre Marcus con DeMarco
La misión en 2016 será proteger a Mariota y consolidar la defensiva.
No pueden estar peor de lo que ya se encuentran, así que desde ahora todo debe ser mejor. Perdieron en fila los 4 últimos partidos de la temporada. Su marca de 3 ganados y 13 perdidos los ubicó de nuevo, por segundo año consecutivo, como el equipo con la Primera Selección colegial en el Draft, situación que cambiaron con Los Angeles Rams para que los californianos eligieran a Jared Goff. A cambio los Titans recibieron una buena cantidad de selecciones colegiales que deberán aprovechar en el presente y futuro.
Terminaron la Temporada 2015 como la ofensiva número 30 global, es decir, están en proceso de armar un ataque alrededor del jugador destinado a ser estrella, el quarterback Marcus Mariota.
A la defensiva las cosas no están tan mal. Terminaron la campaña regular como la defensa número 12 global. Pueden mejorar debido a que se trata de una escuadra con jugadores jóvenes que pueden combinarse con 3 veteranos valiosos: El linebacker Brian Orakpo, y los profundos Jason McCourty y Michael Griffin.
¿QUÉ LES FALTA?
Para explotar el potencial de Mariota necesitan línea ofensiva, buenos receptores y un potente ataque terrestre. Para empezar, la línea tiene que proteger mejor al joven quarterback. Mariota no jugó 4 partidos debido a lesiones, muchas provocadas por el duro golpeo que recibió de las defensivas rivales.
Si se trata de mejorar la línea ofensiva, para ello trajeron al coach Russ Grimm, que fue famoso como jugador cuando militaba con Washington Redskins en los ochenta. Grimm era parte de la línea conocida como “Los cerdos”. Ya fue 4 veces campeón de Super Bowl, 3 con Washington y una con Pittsburgh donde trabajó como asistente de la línea ofensiva, cargo que ahora tiene en Tennessee.
El ataque terrestre se vio reforzado de manera increíble. Firmaron a DeMarco Murray quien llega luego de fracasar en Philadelphia. Murray fue líder corredor de la NFL con Dallas, pero la agencia libre se encargó de arruinar esa fórmula. Ahora tratará de corregir el rumbo. También ya cuentan con el novato Derrick Henry, egresado de Alabama, ganador del Trofeo Heisman.
Finalmente, con excepción del ala cerrada Delanie Walker, todos los demás receptores son sustituibles.
ADICIONES NOTABLES
DeMarco Murray / Corredor / Jugó en Dallas y Philadelphia
Matt Cassel / Quarterback / Jugó en 2015 en Dallas
Andre Johnson / Receptor / El mejor receptor en la historia de Houston Texans
¿QUIÉNES SE FUERON?
Terrance West / Corredor / Cambiado a Baltimore Ravens
¿QUÉ DEBEN MANTENER?
Marcus Mariota debe ser el quarterback titular, pero necesita orientación y desarrollo. Para eso llega el veterano coach Terry Robiskie, de amplio historial en la coordinación ofensiva de otros equipos NFL. Robiskie será el responsable de la ofensiva, cargo que tenía Jason Michael, que ahora será coach de quarterbacks, por lo que trabajará más de cerca y en forma especial con Mariota.
COACH PRINCIPAL
Consideraron positivo mantener al coach Mike Mularkey quien se hizo cargo del equipo como entrenador en jefe interino tras la salida de Ken Whisenhunt.
Mularkey tiene dos factores en su favor: Uno, siempre ha trabajado con ofensivas. Tiene el perfil para cumplir con la responsabilidad de tiempo completo para mejorar el ataque. Dos, tuvo el acierto de mantener al veterano coach, Dick LeBeau como coordinador defensivo. Gracias a LeBeau los Titans presentaron una defensiva capaz de evolucionar y desarrollar el potencial existente.
LA ÚLTIMA VEZ
La última vez que esta franquicia tuvo un quarterback novato que superó las 3,000 yardas por pase fue en 1984 con Warren Moon, que si bien había jugado en Canadá, esa temporada debutó en la NFL a los 28 años de edad. Moon consiguió 3,338 yardas cuando el equipo todavía se llamaba Houston Oilers.
El año pasado el joven Marcus Mariota, de 22 años de edad, fracasó en el intento de llegar a las 3,000 yardas por pase. Se quedó en 2,818 yardas.
EL MOMENTO QUE MARCÓ
El 8 de enero del año 2000 marcó la historia de la apenas naciente franquicia Tennessee Titans. Fue la fecha en que un milagro ocurrió, ante los ojos del mundo y en un partido de futbol americano.
Tennessee Titans y Buffalo Bills se enfrentaron en Ronda de Comodines teniendo como escenario el Adelphia Coliseum, hoy llamado Nissan Stadium en Nashville, casa de los Titans que hacían su debut en partidos de Playoffs.
Aquella temporada de 1999 fue espectacular para Tennessee que bajo el mando del coach Jeff Fisher lograron marca de 13 triunfos y 3 victorias, la cual en forma increíble no fue suficiente para ganar su División. Jacksonville Jaguars ganaron un partido más, su registro fue de 14 – 2 para superar a los Titans que se vieron obligados a jugar en Comodines.
Su rival fueron Buffalo Bills que ganaron 11 partidos y perdieron 5 bajo el mando del entrenador en jefe Wade Phillips. Ya se había acabado la Era del coach Marv Levy y el famoso “Ametralladora” Jim Kelly. Ahora Buffalo tenía a Doug Flutie de quarterback pero que no sería titular en el partido contra Tennessee. Rob Johnson tomó el lugar y casi lleva a los Bills a la victoria.
Buffalo estableció ventaja de 16 – 15 luego de gol de campo de Steve Christie, parecía todo definido a falta de 16 segundos de juego.
Fue cuando se produjo el momento que marcó a los Tennessee Titans.
La patada de kickoff para reanudar el partido llegó dando botes a manos del ala cerrada, Frank Wycheck quien tomó el balón, atrajo la atención de los jugadores de los Bills y, de pronto, hizo un movimiento sorpresivo, lanzó el balón al extremo izquierdo del campo de juego donde se encontraba el receptor Kevin Dyson.
Con todo el camino libre por izquierda, Dyson regresó la patada 75 yardas hasta la zona de anotación para el touchdown de la victoria ante la explosión de júbilo en el Estadio.
De inmediato los Bills pidieron la revisión de la jugada por repetición instantánea. El alegato era que el pase de Wycheck a Dyson no fue lateral, fue adelantado, lo cual anularía el regreso para touchdown. Han pasado más de 16 años y todavía no existe la certeza que el pase fue lateral. Ante la falta de una toma que mostrara lo contrario, el referee Phil Luckett decretó como bueno el touchdown tal como se había marcado originalmente.
El partido Bills – Titans fue bautizado como “Music City Miracle”, algo muy propio a los Titans en esa temporada.
La victoria 22 – 16 catapultó a los Titans hasta el Super Bowl XXXIV donde perdieron 23 – 16 con St. Louis Rams luego de otra jugada milagrosa pero en su contra. Otra vez con Dyson involucrado pero ahora en la famosa recepción a pase de Steve McNair. El receptor se quedó en la yarda uno de los Rams gracias la tackleada de Mike Jones.