Se ha generado una gran controversia sobre el vestido que Meryl Streep rehusó lucir en los Premios Óscar. Al principio, la actriz había optado por un vestido de la prestigiosa casa de alta costura Chanel, con Karl Lagerfeld al mando, pero después decidió usar un diseño de Elie Saab.

Llegó uno de los momentos más importantes del año para Hollywood: llegaron los Oscars. Y no podemos estar más emocionados. El hecho de que este año los Oscar no sean tan “blancos”, como sí lo habían sido años anteriores, es un gran incentivo y da un muy buen mensaje al mundo entero.

Muchos premios dependen de una lista de nominados de la cual saldrán los ganadores. Pero esas nominaciones pueden ser fruto del criterio de un grupo de personas. Por ello es muy común que muchos grandes trabajos, que merecen al menos el reconocimiento, sean ignorados.

Donald Trump está cada vez más cerca del poder. Sus seguidores están ansiosos. Pero quienes no coinciden con sus pensamientos, solo quieren detener el tiempo. O al menos, alentar a luchar por sus convicciones.

Si creías que el éxito se alcanzaba de la noche a la mañana y que el triunfo no es más que un golpe de suerte, te sorprenderá saber que nada tiene que ver con eso (aunque un poco de suerte siempre es bienvenida).

Meryl Streep es una actriz inigualable. No requiere de llamar la atención o hacer cosas locas para que estemos pendientes de ella, porque solamente con su enorme talento ya es capaz de cautivarnos. Hace décadas que nos muestra historias geniales, desde lo dramático hasta lo humorístico, y no deja de sorprender su versatilidad. Puede cantar, bailar y actuar como nadie. En fin, es simplemente un ícono de Hollywood.