Para un país que ya empieza a acostumbrarse a ver a los mejores tenistas del mundo, solo le faltaba un ingrediente: contemplar a Roger Federer y verlo ganar ante la mayor audiencia jamás vista en el tenis: 42,517 aficionados.
Cautiva Federer el corazón de los fans mexicanos en histórico duelo
El suizo venció a Alexander Zverev en tres sets en juego que impone un récord de asistencia.
Federer derrotó a Alexander Zverev 3-6, 6-4 y 6-2 en la Plaza de toros México llena con más de 41 mil almas que se entregaron al encanto de dos generaciones del deporte blanco que hoy coinciden en el top 10 del ranking mundial.
Un espectáculo completo en la pista y en las gradas.
Gritos que empezaron con un "¡Acapulco, Roger!" y fueron subiendo de tono hasta a albures incomprensibles para los tenistas. Pero entendieron bien que fue un duelo de exhibición y rápidamente se adaptaron a jugar en medio de un público que por excelencia es ruidoso.
De "I love you, Roger" a "¡hazme un hijo, Roger!". Y con cada punto ganador del suizo, un rugido descomunal de más de 40 mil gargantas que solo podía detenerse porque había que jugar el siguiente punto.
Zverev, como "visitante", saludaba a la afición entre puntos y alzaba los brazos alentando sus ovaciones. El alemán, que ha jugado dos veces en Acapulco, ya conoce al fanático de estos lares y lo que valora, al grado que salió a la pista con una playera de la selección de futbol de México.
Incluso, para parecer más "mexicano", le entró a la picardía al poner una segunda bola en juego durante un punto y sacar de balance a Federer. Su sonrisa de travesura solo sirvió para poner el "15" de un game que perdió.
(Sí, leyeron bien, el punto contó. En la guerra, el amor y los partidos de exhibición todo se vale.)
El peloteo de la cancha no se comparaba con el de la pista a las gradas, tanto que así como el potente saque de Zverev, también puso fuera de acción al suizo un espontáneo grito de "I love you, Rafa". "Who?", contestó extrañado y sonriente el ganador de 20 Grand Slams.
Porque la gente pagó por verlos en la cancha, pero para ellos no hubo precio por ser los primeros tenistas en la historia recibidos por más de 40 mil personas.
Pero aún en los amistosos, Federer no baja los brazos. Con 38 años de edad y cinco países visitados en dos continentes y los dos hemisferios en nueve días, forzó el tercer set y obtuvo un rompimiento rápido para poner contra las cuerdas a Zverev, quien no pudo volver a ponerse al parejo.
Con trofeos del "Árbol de la Vida" en plata, a Federer le volvieron a pedir "Acapulco, Acapulco".
¿Habra tiempo para verlo en partido oficial en suelo mexicano? Al menos, el suizo prometió que no volverán a pasar 23 años para volver a este país.