Novak Djokovic demostró que está listo para conseguir su segundo Grand Slam consecutivo en el US Open. Hoy, en los cuartos de final, el serbio venció por 6-3, 6-4, 6-4 al australiano John Millman, el mismo que hace dos noches apeó del torneo a Roger Federer en la cuarta ronda, y lo hizo en un partido en el que se sobrepuso a sus propias inconstancias y a las temperaturas extremas que se viven por estos días en New York.
Djokovic venció a Millman, el hombre que eliminó a Federer y que dormía en los aeropuertos
El serbio venció al australiano por 6-3, 6-4, 6-4 y accedió a las semifinales del US Open, fase donde chocará con el japonés Kei Nishikori.
Así las cosas, el ex número uno del mundo se clasificó a semifinales, fase donde chocará ante el japonés Kei Nishikori, que un rato antes había doblegado al croata Marin Cilic por 2-6, 6-4, 7-6 (7-5), 4-6 y 6-4 en más de cuatro horas de partido. La otra semifinal la protagonizarán el argentino Juan Martín del Potro y el español Rafael Nadal en el que promete ser un duelo para alquilar balcón.
El serbio encontró una ventaja inicial en el segundo game, pero el partido no tardó en emparejarse. Con el set 5-3, Djokovic tuvo defender esa mínima diferencia cuando Millman se colocó 0-30 e incluso tuvo un punto del quiebre. Entre los errores de su rival y sus propios golpes punzantes, ‘Nole’ logró enderezar el rumbo para llevarse el primer parcial.
No obstante, el resultado no pudo ocultar las fallas de Djokovic, al que se vio molesto y afectado físicamente por el clima. Las condiciones cálidas y húmedas, las misma que dejaron a Federer sin aliento, pasaron factura a Nole, quien lució lento en el inicio del segundo set. Después de perder varios tiros abiertos, Djokovic se dobló y se tambaleó alrededor de la cancha mientras su grupo (entrenadores, entrenadores y su esposa Jelena) lo miraba preocupado.
Las cosas se volvieron extrañas desde allí. Con Djokovic luchando antes las condiciones adversas y con el marcador 2-2 en el segundo parcial, Millman salió corriendo de la cancha para cambiarse la ropa mojada por el sudor después de que el juez de silla considerara que las condiciones eran lo suficientemente peligrosas, pues los jugadores se podían resbalar.
Mientras tanto Djokovic, a quien le cayó como anillo al dedo el corto descanso, se sentó al lado del árbitro sin camisa y gritó a su equipo que le trajeran lo que al parecer eran unas pastillas.
Después de estas acciones, Millman mantuvo la presión incluso cuando Djokovic intentó acortar puntos con drop shots. Se defendió de siete puntos de quiebre, pero no pudo evitar que Djokovic le rompiera el saque en el octavo para tomar una ventaja de dos sets.
El impulso de Djokovic solo creció cuando logró otro quiebre tempranero en el tercer set. Aunque el australiano reaccionó y tomó una ventaja de 4-3, el serbio recuperó su concentración y ganó los últimos tres juegos para acabar con Millman en dos horas y cuarenta y nueve minutos de tenis agotador.
Así pues, Djokovic avanzó a su undécima semifinal del US Open y despachó a Millman, el hombre cuya historia de superación, con noches en aeropuertos y hasta tres operaciones por lesiones, no le alcanzó esta vez para lograr una nueva hazaña.