TORONTO, Ontario -- Nueve meses atrás Toronto FC estaba en la cima del universo de la MLS. La primera MLS Cup para el cuadro escarlata, el inédito triplete en el fútbol norteamericano, una temporada de récords en la que los héroes de la escuadra de Greg Vanney estuvieron con creces a la altura de su prestigio.
Campeones Cup: Toronto FC luchará para que el dueño del triplete de 2017 no quede en el olvido
Tras firmar una campaña histórica en el fútbol norteamericano el año pasado, el cuadro escarlata tiene la oportunidad de redimirse esta noche en medio de un 2018 con bajo rendimiento.
Solo pasaron nueve meses de aquello. El recuerdo está tan fresco, que en algún rincón de la ciudad aún quedan graffitis, banderas y carteles que recuerdan la gesta.
El de diciembre de 2017 es un recuerdo que aparece fácilmente en el colectivo de la afición de Toronto. No requiere esfuerzo para evocarlo. La fuerza, el empeño, la paciencia son necesarios cuando se trata de explicar qué pasó con ese fantástico equipo este año.
Muy poco -a fines prácticos, nada- ha cambiado en TFC. Sebastian Giovinco, Jozy Altidore y Michael Bradley, el trío de ases más onerosos de toda la MLS, siguen estando en su lugar. También están en su lugar el español Víctor Vázquez -el 'Brujo' que encontró la fórmula del éxito el curso pasado- y Jonathan Osorio, el talentoso volante que es el mejor jugador del equipo en 2018.
Pero la tabla de posiciones indica que este año Toronto FC está lejos de la brillantez anterior. Con pocas jornadas por disputar hasta la finalización de la temporada regular el club canadiense está en la novena posición de la Conferencia Este, a nueve puntos de la última plaza con acceso a los Playoffs.
¿Cuán lejos quedó el equipo tricampeón? ¿Dónde está ese auténtico rodillo que pulverizó a sus rivales de inicio a final de la pasada liga? Entrenador y futbolistas están convencidos de que el equipo sigue teniendo el mismo potencial, la misma calidad que tenía menos de un año atrás.
El cuento de hadas que fue la Liga de Campeones de Concacaf en los primeros meses de este año (en los que eliminó a Tigres y al América) no terminó bien. La final del torneo continental terminó quedando en manos del 'Rebaño Sagrado' de Chivas de Guadalajara, y desde ese momento un cúmulo de males se apiló en el campamento de Toronto.
Lesiones por doquier, errores individuales y de planteo de partidos, y cierta baja en la mentalidad competitiva del equipo afectaron gravemente a Toronto FC. Esos males comenzaron a remediarse hace algunas semanas, cuando el técnico Greg Vanney pudo contar después de mucho tiempo a su equipo ideal.
Nunca hay que dar a un equipo como este por descartado en la MLS, aunque su situación en la temporada regular es francamente complicada. Pero no todos los males vienen juntos, al menos para el vigente monarca de la liga norteamericana.
Esta noche (8:15 pm ET, Univision) el calendario internacional pone en el camino del cuadro rojo sangre una oportunidad que puede haberle caído del cielo. Toronto recibirá en el BMO Field -el escenario de su momento más glorioso- a Tigres UANL, en el marco de la disputa de la Campeones Cup, el nuevo trofeo en disputa entre Major League Soccer y Liga MX.
Es la primera edición de esta prueba. El choque, que comienza a recorrer el camino para asentarse, puede ser la gran oportunidad para que Toronto FC halle la redención que busca desde quedarse a un paso de alzar 'la Concachampions'. El equipo de 2017 busca reconocerse, aunque sea durante una noche, sobre el fin de la temporada 2018.
El rival no es un plato difícil de digerir. Tigres, pese a que tampoco atraviesa por un momento brillante en la Liga MX, cuenta con uno de los mejores planteles de toda América. No hay fuegos de artificio en el conjunto felino; temen que el rojizo monstruo herido despierte en el momento menos indicado.
Todo se resolverá en 90 minutos. O en la definición por penales, si es necesario recurrir a los disparos desde los doce pasos. No se trata de una rivalidad establecida, pero que ya cuenta con antecedes que pueden comenzar a cimentarla.
Aunque no lo proclaman a cielo abierto, los Tigres buscan venganza tras haber sido eliminados por Toronto en cuartos de final de la Liga de Campeones. Toronto, por su parte, carga con la cruz de casi una temporada completa para el olvido.
El que gane esta noche se llevará una interesante cifra económica, alzará el brillante trofeo de Campeones Cup y quedará en los registros como el primer vencedor en la historia de este flamente título. En Toronto FC lo tienen en cuenta. Todo eso importa, aunque tenga en su hoja de ruta un partido crucial el sábado, en su visita a New York Red Bulls.
Pero quizás lo que más importe al conjunto canadiense sea luchar contra el olvido. Vanney y sus jugadores saben que la magia y la calidad que los llevó a ser el mejor conjunto norteamericano en 2017 sigue estando en su lugar. Toronto no quiere quedar en la historia como un accidente. Quiere perpetuarse. Ese camino puede comenzar con un triunfo ante Tigres.
Los efectos secundarios pueden ser muchos. Una victoria puede ayudar a TFC a dar con el impulso final que lo lleve a la postemporada. La MLS puede verse fortalecida, guardándose por un año la posibilidad de alardear de su superioridad frente a la Liga MX. Con el festejo de Toronto FC la recién nacida Campeones Cup da un vital primer paso en su intento por instalarse.
El equipo de ensueño de 2017 quiere sacudirse la pesadilla en la que vive un año más tarde. La probable redención de esta noche es la meta. La llave que abre la puerta a una nueva vida para el once escarlata.