Dani Alves cometió dos errores en su última declaración que lo pueden condenar

Dani Alves declaró nuevamente el pasado lunes ante la jueza para admitir que sí existieron relaciones sexuales la noche del 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona con una mujer, algo que había negado en un comienzo, pero lo que sí mantuvo firme es que estas fueron consentidas por parte de la joven, aunque la última versión del brasileño deja dos dudas que lo pueden condenar.

El exjugador de equipos como Barcelona y Pumas justificó los cambios en su relato argumentando que lo hizo para proteger su matrimonio con Joana Sanz, pero hay un par de incógnitas que siguen sin tener respuesta clara.

La primera, según informa este miércoles el diario Mundo Deportivo de Cataluña, son las lesiones en la rodilla de la joven. Y es que según la versión de Alves la mujer apenas entró en el baño se habría arrodillado para practicarle una felación de manera voluntaria, “pero las lesiones en la rodilla que presentaba la mujer a su llegada al Hospital Clínico de Barcelona la misma noche de los hechos no pueden ser resultado de una relación consentida”, apunta el medio.

La segunda duda, de acuerdo a la información de Mundo Deportivo, son unas huellas en el baño. Alves, en su última versión de los hechos, se habría sentado sobre el inodoro y la joven se habría arrodillado para practicarle una felación. Luego se habría sentado encima del jugador y la habría penetrado. “Pero, entonces, ¿por qué había huellas de la víctima en el picaporte, la cisterna y la pared?”, se cuestiona el diario.

Con este panorama, la más reciente declaración del brasileño no ayudará a la jueza a decidirse sobre su futuro y Alves seguirá en la prisión de Brians 2, donde este jueves cumplirá tres meses.

Vale la pena destacar que el relato de la víctima se ha mantenido inamovible a lo largo del proceso.