El Guadalajara es uno de los clubes de futbol más importantes del país y del continente, pero su trascendencia lo lleva a ser algo más que un equipo de futbol.
Erick López | El ejemplo silencioso de Jesús Molina
Las acciones poco conocidas del capitán y de Amaury Vergara muestran el espíritu de lo que debe ser el Guadalajara.
Todo lo que se haga o se deje de hacer en el Guadalajara trasciende en el ámbito social. Cualquier acto de cualquier integrante de la institución por pequeño que sea genera un impacto mediático, ocurre mucho cuando el acto es negativo y se multiplica cuando un jugador es el involucrado. Así sucedió el pasado fin de semana con Uriel Antuna y Alexis Vega, dos de los más prometedores refuerzos del actual plantel rojiblanco, pero que suman más escándalos que goles en su paso por el Rebaño.
Pero no todo es negativo en Chivas aunque estos actos sean los que acaparan la atención; también hay historias para enmarcar y engrandecer y algunas de ellas son el legado que ha dejado Jorge Vergara. La pandemia ha sido un suceso que ha puesto en jaque a las pequeñas y las grandes empresas, lo mismo pasó en el futbol, pero en el grupo Omnilife-Chivas no han dejado en el desamparo a sus empleados.
No sólo se trata de los jugadores a quienes no se redujo el sueldo a pesar de la cancelación del torneo; en el grupo hay decenas de trabajadores que siguen en casa cuidando de su salud por su condición de ser personas con mayor riesgo ante un posible contagio de covid-19.
Todos aquellos a quienes se les dio la posibilidad de seguir en casa siguen con un sueldo estable, desde personal de mantenimiento de Verde Valle, jardineros, seguridad, administrativo y otras áreas han sido tratados con la mayor dignidad ante la emergencia sanitaria y lo mismo ocurre en las plantas de producción de Omnilife.
Amaury Vergara ha sido congruente con sus actos y con la filosofía de su padre, un hombre altruista que siempre extendió su mano a quien lo necesitaba y que ayudó a un sin fin de personas en momentos complicados.
En Chivas se actuó y se sigue actuando como una gran institución un ejemplo de organización en donde hasta el día de hoy lo más importante ha sido la salud de sus colaboradores.
Pero no sólo se trata de Amaury Vergara y de la organización como tal, también hay historias de los que integran esta institución y que con su ejemplo demuestran la grandeza como personas más allá de ser figuras públicas.
Jesús Molina es un referente actual del equipo y un líder. En los meses más complicados de la pandemia el capitán del equipo se tomó el tiempo y la libertad de preocuparse por algunos empleados del club, gente con la que comparte el día a día y que sus labores en club podrían ser consideradas poco esenciales, gente que podría estar pasando mal en el tema económico y personal y a quienes decidió ayudarles económicamente sin que nadie se lo pidiera.
Me cuentan que se dio a la tarea de conseguir los números de estas personas para preguntarles cómo se encontraban y si necesitaban algo en lo que les pudiera ayudar y desde luego que con algunos de ellos lo hizo.
Decir a quiénes ayudó y con cuánto ayudó es intrascendente al igual que la cantidad de empleados del club que han recibido el respaldo de la institución.
Molina hoy cumple 13 años como futbolista profesional, una larga carrera sin escándalos, trabajando en silencio y siendo un ejemplo dentro y fuera de la cancha aunque algunos de sus compañeros hoy no lo entiendan.
Estos son actos que dignifican, que son un ejemplo de institución y de un tipo que entiende que su calidad y su trascendencia va más allá del terreno de juego. Lo de Amaury Vergara y Jesús Molina no es un escándalo o un chisme más en un club en donde todo se magnifica, lo de ellos es el espíritu de lo que debe ser el Guadalajara una institución que trascienda más allá de lo deportivo.