José Tostado, el jugador marcado por la delincuencia organizada

En 2012 el futbol mexicano se sacudió con la noticia de que el padre de un jugador había sido capturado por las autoridades debido que tenía una orden de aprehensión por secuestro. Se trataba de Pablo Tostado Zamudio, familiar José Tostado, una joven promesa mexicana que apenas unos meses atrás había festejado la conquista del campeonato mundial Sub-17 y que en ese momento se encontraba tratando de ganarse un lugar en Tigres.

La historia tenía preparado un amargo trago para el jugador que de un día para otro se convirtió en el centro de atención de la opinión pública y experimentó un descontrol en su vida. Por fortuna para él el equipo norteño no lo dejó a la deriva y decidieron darle apoyo psicológico para tratar de cuidar su salud mental, pues estaban conscientes de que él no era culpable de los errores cometidos por su padre y su abuelo, quien también resultó con vínculos delincuenciales.

La captura de su padre en Guadalajara fue la punta del iceberg, pues días después de que fue recluído y vinculado a proceso lo encontraron sin vida en su celda dentro de una prisión en Culiacán, Sinaloa, sin duda otro golpe fuerte para el entonces seleccionado nacional.

Otra revelación apareció en el camino de José, pues se dio a conocer que su abuelo, Pablo Tostado Félix, también estuvo invlucrado en temas de privación ilegal de la libertad por lo que fue ingresado en una prisión de Sinaloa donde su desenlace fue similar al que viviría su hijo años después.

Fue así como la brillante y prometedora carrera de un jugador que prometía se convirtió en una calvario, pues después de todo esto fue traspasado de Tigres a Correcaminos, luego a Murciélagos y posteriormente se quedó sin equipo, todo esto provocado por errores de sus familiares que lo 'sentenciaron' a pagar por delitos que no cometió.