América y Chivas no se quieren, son como el agua y el aceite, no se mezclan y queda claro que siempre que se enfrentan en una cancha salen chispas por montones; una gran parte del país se divide cuando rojiblancos y amarillos se enfrentan. Es altamente probable que lo que dijo públicamente Rodolfo Pizarro lo piense más de un jugador del rebaño, pero son cosas que no se deben decir en público.
Opinión | Pizarro insultó al América y cruzó la delgada línea roja... después reculó
El jugador de Chivas encendió una rivalidad que ya de por sí tiene una historia ríspida.
Entiendo que la euforia de ganar un campeonato en la tanda de penales es muy alta, que ante la gente a veces no se miden las palabras, pero lo de Pizarro no solo insulta a la institución rival, prende también a los fanáticos que no entienden que el fútbol es solamente un juego.
Lo que dice Pizarro no espanta a nadie porque coloquialmente América es el equipo al que amas u odias, pero al ser un jugador de Chivas quien lo dice toma relevancia. Me queda claro que con lo dicho jamás Pizarro vestirá la playera del América, primero porque le crea animadversión y segundo porque no creo que las Águilas perdonen una ofensa como una mentada de madre en público.
Por el momento se desconoce si existirá una sanción interna para Pizarro o si América acudirá a la Comisión Disciplinaria para quejarse sobre lo hecho por el futbolista. Tratemos de sacarle lo positivo a la situación, si es que lo hay, que los ofendidos demuestren en la cancha que son un mejor equipo, que ganen la Liga MX y callen bocas; que la próxima ocasión que se encuentren en el rectángulo verde jueguen con espectacularidad y siempre buscando el triunfo en un marco de respeto.
El jugador ya ofreció disculpas y en algún punto todos nos hemos equivocado en la vida. A usted querido lector, no se prenda, que no le desborden las pasiones a pesar de lo que hizo Pizarro y solo le pido que recuerde las palabras del gran Jorge Valdano: “El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes”.