A principios del 2017, Houston Dynamo anunciaba que cerraba filas con la sorpresiva incorporación del veterano Vicente Sánchez, quienes algunos especulaban se encontraba ya en el retiro.
Vicente Sánchez, ¿un amuleto para Wilmer Cabrera y Houston Dynamo?
La experiencia del uruguayo ha sido invaluable para los jóvenes, y cuando se le requiere en la cancha, aún tiene la capacidad de desequilibrio de antaño.
“Esta contratación significa traer a un jugador con mucha trayectoria y experiencia para compartir con los jugadores jóvenes que tenemos en el camerino - para guillarlos, para aconsejarlos y para en la cancha y fuera de la cancha mostrarles como es el comportamiento,” comentó el director técnico Wilmer Cabrera en enero. “Los muchachos están contentos – lo admiran, lo respectan y bueno es muy positivo que el encuentre este grupo con mucha ilusión para la temporada que viene”.
La idea, en teoría era bastante buena, tomando en cuenta que seis de los atacantes del Dynamo tenían 25 años o menos. La presencia de un referente ofensivo en el vestidor – siempre y cuando este libre del ego – es una ayuda invaluable para los jóvenes.
A Cabrera le salió el plan a la perfección.
No solo porque ha sido guía para el espectacular resurgimiento de Erick “Cubo” Torres como goleador, no solo porque ha sabido llevar a los jóvenes hondureños Alberth Elis y Romell Quioto en su estupenda adaptación a la MLS, sino también porque el mismo Vicente le ha respondido al entrenador de origen colombiano cuando este lo requiere en el terreno de juego.
Para muestra lo que hizo en el primer partido de Playoff de Houston en cuatro años. Sanchez realizó una jugada muy a su estilo por la banda – por cierto, regateando y llevándose por velocidad a un chico de 23 años de edad – para ponerle en bandeja de plata el gol del triunfo en tiempos extras a “La Pantera” Elis.
Cabrera tiene al charrúa regularmente en la banca, y lo convirtió en uno de sus cambios casi de cajón. A sabiendas que Sánchez entiende y puede manejar los tiempos acorde a lo que el equipo requiera en el cierre de los mismos.
Si bien es cierto que apenas rebasa los 500 minutos jugados (producto de 22 partidos jugados, tan solo tres de titular) y que dos goles sumados y seis pases para gol (incluyendo Playoffs), suenan a muy poco para los que lo vieron deleitar en sus años mozos, también es cierto que su inteligencia, su liderazgo, su lectura del juego combinado con destellos de su mejor época, no es suficiente argumento para menospreciar su importancia con la camiseta naranja.
El uruguayo morfó con sus años de experiencia en una especie de amuleto que ha sido mucho más clave de lo que se esperaba en el cuadro texano. Sus participaciones son dosificadas por aquello del que el tiempo no perdona a nadie, pero siguen siendo desequilibrantes.
Si este Houston Dynamo sigue avanzando en los Playoffs y por ahí da una campanada monumental, en especial si esto sucede gracias al poderoso y dinámico ataque texanos, hay un crédito elevado que se le debe acreditar a Sánchez, sin importar si está dentro de la cancha o en el banquillo de suplentes.