El fútbol de hoy parece ser el juego de los favores: ‘Sampaoli le hace un favor a la Argentina aceptándola’. ‘Conte le hizo un favor al Chelsea resucitándolo’. ‘Simeone le hace un favor al Atlético quedándose’.
¿Y quién es Max Allegri?
Dale un equipo de tercera y lo subirá a segunda. Dale al Milán y lo hará campeón italiano; dale a la 'Juve' y la llevará a la final de la Champions.
Solemos olvidar que todo entrenador necesita equipo para entrenar y que todo equipo a su vez necesita entrenador para jugar. No se trata de favores, sino de intereses mutuos. Te necesito. Me necesitas. Es una relación más parecida al amor que a la lástima.
Cuando Massimiliano Allegri aceptó el banquillo de la Unione Sportiva Sassuolo de la Serie C1 (tercera división), lo hizo porque necesitaba el trabajo. Como jugador fue un crack de segunda, si se permite la expresión, pues sus logros consistían en ascensos y permanencias con el Pescara o el Livorno. Como carecía del caché para hacerse técnico de primera a la primera, hubo de ganársela entrenando en la tercera.
En menos de un año, subió al Sassuolo a la Serie B y acto seguido aceptó el banquillo del Cagliari, porque necesitaba dar el salto a la primera categoría. Al Cagliari lo hizo navegar por aguas calmas jugando bien y en 2010 llegó al AC Milán. Al ‘Diavolo’ le dio un Scudetto en 2011, que no ganaba desde el 2004 a las órdenes de Carlo Ancelotti (y que seguramente no volverá a ganar mientras la Juventus siga como está).
El destino le jugó una broma cruel en 2014. Su Milán ya había sido desmantelado por el París Saint-Germain (ventas de Ibrahimovic y Thiago Silva) y a duras penas lograba colarse a Champions League. Entonces, el ya ascendido Sassuolo, sí, su Sassuolo, le propinó una derrota 4-3 que provocó su despido con efecto inmediato.
De nuevo necesitaba trabajo. ¿Pero en dónde, y a quién entrenar? se preguntaba rascándose la cabeza.
En Italia, los dirigentes más serios no solamente se dejan llevar por lo resultados y los títulos. Justo como el Nápoles se fijó en Maurizio Sarri por su digno trabajo en Empoli, a Allegri su trabajo ya lo tenía establecido como uno de los grandes estrategas italianos de la década (ver fotogalería arriba). Entrenando al Cagliari en 2010, salió elegido mejor DT del calcio, a pesar de que José Mourinho había ganado el triplete con el Inter. Sus colegas lo votaron. Un 'Primus inter pares', es la expresión en latín para el primero entre iguales.
‘Es que la Juve le hizo un favor a Allegri dándole su banquillo’. Sin embargo, luego de la marcha de Antonio Conte a la selección, la ‘Vecchia Signora’ precisaba un entrenador y Allegri precisaba a quién dirigir. ’Que Allegri no toque a la escuadra de Conte, porque lo echan a la calle como lo echaron del Milán’. Pero Allegri la tocó: cambió la formación, a uno lo puso en un lado y al otro lo puso en el otro. Buffon donde siempre, y la línea de tres, cuando haga falta.
Aunque no hace los aspavientos ni las gesticulaciones de Conte, Allegri llevó a las cebras a praderas donde Conte jamás las llevó: doble final de Champions. La 'Juve' necesita la 'Orejona'.
¿Cómo hace Max Allegri para llevar a sus escuadras a donde otros no han podido? Acaso la respuesta es que Allegri las lleva lejos porque él mismo llegó desde muy lejos. Y desde muy abajo.