Real Madrid

    Los mil rostros de Sergio Ramos

    El capitán del Real Madrid tuvo una tarde de antología y levantó en el cielo de Cardiff la duodécima Champions League de los merengues.


    Por:
    TUDN

    Sergio Ramos

    Imagen Getty Images
    Sergio Ramos

    Por Omar Carrillo H.
    @OmarCarrilloHH

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    Teatral, exultante, excesivo. Sergio Ramos marcó muy pronto su territorio ante Juventus como esas bestias salvajes que requieren a cada paso defenderlo solo por naturaleza. Por enseñar los dientes y darse a respetar.

    Mario Mandzukic se tiró en el área del Real Madrid y tumbó a uno de sus compañeros, el capitán madridista se le fue encima aunque el rival estaba en el piso.

    Los ojos desorbitantes del croata, los de Ramos acosando. Intimidando.

    El portugués Cristiano Ronaldo fue la gran figura, como ya se ha hecho costumbre, en la final de la Champions League. Sus dos goles y su liderazgo fueron vitales para el título en Cardiff.
    El mejor jugador de la Juventus fue el croata Mario Mandzukic. Su golazo de chilena, que igualó el partido de manera parcial, fue el envión anímico del momento, aunque no fue suficiente. Buscó siempre hacer daño, pero no tuvo el apoyo de sus compañeros.
    Quien le siguió a Ronaldo fue el lateral derecho Dani Carvajal. Colaboró con una asistencia, al portugués, y fue muy importante para detener los avances de Alex Sandro y Mario Mandzukic por su sector.
    El brasileño Dani Alves no tuvo un buen partido, pero pese a ello se mostró con ganas de revertir la situación. Sin embargo, le sobró velocidad y por muchos momentos perdió los duelos o mandó malos centros.
    Casemiro, con su gol, fue otro de los buenos jugadores del Real Madrid. No sólo fue la anotación, sino también su categoría para recuperar balones en el medio campo y anular el poder ofensivo de la Vecchia Signora.
    Fue un primer tiempo discreto para el malagueño, que en la segunda mitad se conectó mejor con Cristiano, Benzema y compañía subió su rendimiento. Incluso estuvo cerca de anotar.
    El capitán Sergio Ramos no fue trascendente en el marcador, como en las otras finales, pero estuvo muy bien en la parte defensiva. Incluso, fue quien fabricó la infantil roja que recibió el colombiano Juan Guillermo Cuadrado con un pisotón que el sevillano se encargó de exacerbar.
    El sacrificado, el gran derrotado, fue Gianluigi Buffon. Se esperaba que lograra el título de Champions League por primera vez en su carrera, pero no fue posible. No tuvo repsonsabilidad en los goles del Madrid, pero recibir cuatro goles nunca es bueno.
    Marco Asensio entró por Isco al minuto 82, tiempo suficiente para hacerse presente en el marcador con el 4-1 definitivo. Fue lo único que hizo, pero no es poco marcar un gol en una final de Champions League.
    Como toda la defensa de la Juventus, Leonardo Bonucci tuvo una tarde baja en el Millennium Stadium. La línea de tres defensas de Allegri fue vulnerada fácilmente cuando el Madrid se decidió.
    El lateral brasileño Marcelo no tuvo una tarde como las que suele tener, pero le bastó para dar la asistencia en el gol de Asensio. En defensa tuvo algunos errores, pero no fueron trascendentales.
    Andrea Barzagli fue, quizá, el mejor de la defensa italiana por encima de Bonucci y Giorgio Chiellini. Le cubrió bien la espalda a Dani Alves y estuvo bien colocado en el área.
    El tico Keylor Navas no fue exigido mucho, pero en el primer tiempo respondió de buena manera con remates de Higuaín, Pjanic y Mandzukic. Por algunos fue criticado en el gol del croata, pero no había mucho más que hacer ante una definición de ese tipo.
    Chiellini estuvo perdido en la defensa de la Juventus. De ser uno de los mejores jugadores del equipo a estar disminuido y confundido. Tuvo una opción en ataque, en un tiro de esquina, pero su cabezazo se fue desviado.
    Todos los balones pasaron por los pies del alemán Toni Kroos, por lo que su participación fue clave para el dominio de balón del Real Madrid. La jugada del primer gol nació en sus pies.
    Intentó jugar lo más fácil posible, pero en ocasiones se equivocó ante la presión del Madrid. En ataque tuvo una oportunidad clave de gol, pero Keylor se la sacó.
    Karim no estuvo fino en el frente de ataque, pero su sola presencia llevó miedo a la defensa de la Juventus. Sin embargo, su calidad fue evidente en jugadas puntuales. jugó para el resto y no pudo anotar.
    La gran decepción del partido fue Paulo Dybala, quien quedó en deuda. Al comienzo quizo participar en todo, pero se fue apagando poco a poco hasta desaparecer por completo.
    Puso la asistencia en el segundo gol de Cristiano Ronaldo. Comenzó nublado pero terminó dominando el medio campo junto a Kroos.
    No pudo asentarse en la medular de la Juventus. Fue otro de los puntos muy bajos del partido. Su participación en ataque fue nula y en defensa fue superado fácilmente.
    Y ni hablar de Gonzalo Higuaín. Otra final más en la que no pesa, en la que no brilla ¿Será una maldición? Intentó combinar con Mandzukic en algunas ocasiones, pero nunca lo logró.
    Raphael Varane cumplió un partido correcto. Fue valiente y acertado a la hora de defender.
    Álvaro Morata entró en la segunda mitad y no participó mucho en el partido. Entró al minuto 89 y apareció en el festejo de Asensio.
    Lemina entró por Dybala al minuto 78, pero no pudo hacer nada para cambiar la historia. Participó muy poco y los balones que tocó fueron erráticos.
    Otro que tampoco apareció tras su ingreso, al minuto 78, fue el galés Gareth Bale. Intentó llegar a un balón en el área chica tras pase de Cristiano, pero no lo logró.
    Sin duda, el de peor presentación fue el colombiano Juan Guillermo Cuadrado. Entró al minuto 66 por Barzagli, un cambio arriesgado de Allegri, pero al minuto 84 se fue expulsado por un infantil pisotón a Sergio Ramos.

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    Imagen AP
    El portugués Cristiano Ronaldo fue la gran figura, como ya se ha hecho costumbre, en la final de la Champions League. Sus dos goles y su liderazgo fueron vitales para el título en Cardiff.

    Si uno va a marchar a la guerra quiere un general con los tamaños de Sergio Ramos. Con su teatralidad ante el rival y su solidaridad con el compañero. Con su capacidad de exponerse, de empujar y salir avante.

    Un general que sea al mismo tiempo un guerrero y arriesgue de cualquier manera. Con los pies, con las manos. Con los ojos, con la lengua. Incluso con una mentira o con la verdad por delante.

    Porque Cristiano dirige el ritmo futbolístico de un equipo enorme, pero es Sergio Ramos el que carga consigo el cronometro anímico. Y con él va marcando los tiempos del conjunto merengue.


    Video La novela del Real Madrid vs Juventus: El conjunto merengue demostró ser el más grande de Europa
    El Real Madrid no tuvo rival en Cardiff y se impuso 4-1 a una Juventus que desilusionó en la final de la Champions League.
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    Los de enseñar los tacos o los dientes, los de defender con el balón o sin él, los de adelantar filas o atrasarlas. Los de ser sincero con el compañero, los de esconder la verdad al contrario.

    Es cierto que Mandzukic se vengó con un gol de antología, pero que se nombre alguno que ha salido sin heridas de batallas tan grandes. Luego, la nada de la Juventus.

    Sergio Ramos va acrecentando su leyenda con actuaciones como las de la tarde del domingo. Es cierto que en sus dos anteriores finales de Champions anotó, pero ante la Juventus ni falta hizo.

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    Impasable tras el tanto del croata, tiró los hilos de la defensa merengue y empujó a todo el equipo a la victoria.

    A tiempo en cada jugada, en cada relevo. Dirigió a Carvajal, Varane y Casemiro con precisión y atingencia reconvertido, y enseñando ya a estas alturas su rostro de maestro.

    Y provocó la expulsión de Juan Cuadrado hacia el final del juego con un desplante histriónico digno de un Goya cuando no de un Oscar.

    Finalmente, tras los 90 minutos, levantó por todo lo alto el trofeo de la Champions League y enseñó -debajó de sus mil rostros y sus mil tatuajes en el cuerpo-, su cara más amable; la de la victoria.

    En alianza con
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