Fidel Castro nunca escondió el gran amor que tuvo por el béisbol. Su relación con este deporte fue tal que lo hizo el pasatiempo preferido de Cuba y también convirtió a la isla en toda una potencia mundial en esta disciplina, ganando tres medallas de oro de los Juegos Olímpicos, 12 en Juegos Panamericanos, 10 Copas Intercontinentales, 25 Copas Mundiales y una medalla de plata en el Clásico Mundial.
El béisbol, la 'novia' que Fidel Castro siempre quiso tener en casa
El político fue lanzador cuando estuvo en su escuela y al tomar el poder el béisbol se convirtió en el deporte más representativo de la isla.
El de Fidel hacia el deporte de la pelota caliente fue un amor que nació en sus primeros años de vida, pues el líder político lo practicó desde temprana edad en su escuela. Fue lanzador y, según diversas versiones, era bastante bueno, tanto así que se rumoró que hizo algunas pruebas (tryout) como pitcher con un equipo de Grandes Ligas.
Como buen novio, Castro hizo todo para que su eterno amor brillara. En Cuba el crecimiento del deporte olímpico fue extraordinario, pero el béisbol era la ‘niña consentida’ del líder político y los resultados no se hicieron esperar. Bajo su mandato, el equipo nacional de béisbol de Cuba participó en los cinco Juegos Olímpicos en los que esta disciplina fue incluida en la justa internacional de verano.
El primer gran triunfo llegó en Barcelona 1992, cuando la selección cubana de béisbol logró la medalla de oro al derrotar a Estados Unidos. Un año antes, en 1991, Cuba había sido la sede los Juegos Panamericanos y allí se vio al mandatario apoyando a la selección de su país que también terminaría ganando el oro en dichas justas.
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En general, Cuba se alzó tres veces con la medalla de oro (Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Atenas 2004) en los Juegos Olímpicos. En cada una de esas victorias Castro estuvo en primera fila e, incluso, hablaba con los peloteros antes del juego y entraba en el 'dugout' del equipo nacional para animar al equipo.
Pero a pesar de los grandes resultados de la selección cubana en cada evento que participaba y del reconocido talento que derrochaban sus peloteros, Fidel nunca permitió que estos dejaran, al menos legalmente, su país. Castro tuvo en el béisbol ese tipo de amor casi que obsesivo que solo lo quería para que lo disfrutaran él y sus compatriotas y, muy de vez en cuando, para demostrarle al resto del mundo lo buena que era la isla en esta discplina.
Por eso mismo, a pesar de apoyar tanto el deporte, en el mundo del béisbol Fidel será recordado por no dejar llegar a las Grandes Ligas a muchos de los increíbles talentos formados allí y, así mismo, por el hecho de que muchos de sus peloteros huyeran de Cuba para poder realizar sus sueños de jugar en las 'Mayores’.
Jugadores como Orlando ‘El Duque’ Hernández, Liván Hernández, Rey Ordóñez, Yoenis Céspedes, José Abreu, Aroldis Chapman, Kendrys Morales y, más recientemente, los hermanos Gurriel, Yuliesky y Lourdes, quienes eran considerados por muchos los nuevos ‘reyes’ del beisbol cubano antes de dejar la isla tras años de espera tuvieron que huir de la isla para brillar y convertirse estrellas en las Grandes Ligas.