Jeff Luhnow: el gerente general mexicano de los Astros, arquitecto de su campeonato
Nacido en la Ciudad de México, Lunhow armó un equipo competitivo desde una de las franquicias de más bajo perfil de la MLB.
No es poca cosa que un equipo con más de medio siglo de existencia gane su primer campeonato de la liga de béisbol más competitiva del mundo.
Los Houston Astros fueron uno de los equipos más medianos por décadas. Su mayor orgullo fue la construcción del Astrodome, en 1965, un escenario futurista en aquel momento y que hoy es un elefante blanco al lado del moderno NRG Stadium, casa de los Texans de la NFL.
En 2005, ya instalados en el Minute Maid Park, en pleno centro de Houston, vieron a los Chicago White Sox barrerlos y coronarse a su costa, para terminar una sequía de 88 años a la que se le bautizó como la "maldición de las Medias Negras". Doce años más tarde, la gloria finalmente llegó a ellos.
Pero el camino a un campeonato desde abajo se construye en proyectos a largo plazo. Para ello, confiaron en la visión de Jeff Luhnow.
El actual gerente general de los Astros nació en la Ciudad de México el 29 de diciembre de 1966. Sus padres residieron en el país azteca procedentes de Nueva York por motivos de trabajo y regresaron a Estados Unidos cuando Jeff ya había terminado la escuela secundaria. Si bien su apariencia es totalmente anglosajona, Luhnow habla español fluido y entiende a la perfección a la comunidad latina, indispensable para conectar en una ciudad de amplia presencia hispana.
Tampoco es casualidad la confianza que ha tenido para contratar a peloteros latinos como José Altuve, Carlos Correa, Francisco Liriano, Marwin González o Yulieski Gurriel.
Tras su llegada a Houston en 2011, procedente de la oficina de los St. Louis Cardinals, los Astros tuvieron dos temporadas de más de 100 derrotas. Para 2014, la revista Sports Illustrated ya consideraba que su proyecto tenía potencial para ser campeón en tres campañas.
Justamente en 2017, los Astros alcanzaron 101 victorias, una menos que el récord de la franquicia, que data de 1998. Para finales de agosto, tenían la mejor marca de la Liga Americana con 77-50, pero Houston fue azotado por el huracán Harvey y lo que era un rutinario viaje a Los Angeles para una serie ante los Angels, el 25 de agosto se volvió en un éxodo con su familia al sur de California. Además, seis días más tarde se cumplía el límite de traspasos.
Luhnow se las arregló para llevar a su roster a Justin Verlander, el as de los Tigers que se quedó corto dos veces de ganar la Serie Mundial en 2006 y 2012. El lanzador tomó un segundo aire en el sur de Texas y cerró la temporada con cinco victorias y sin derrota, además de otras cuatro entre las series divisional y de campeonato ante Red Sox y Yankees.
La apuesta por lo que parecía un caballo cansado parecía tan improbable como la de un jugador que no llega a 1.70 m. de estatura para ser su segunda base, como José Altuve. Luhnow es conocido por trabajar con bases de datos y sistemas estadísticos, una corriente que inició con los Oakland Athletics de 2002 y que fue replicada por otros casos exitosos como los Red Sox de 2004 -los que rompieron la 'maldición del Bambino'- y los Cubs de 2016.
Lunhow tiene títulos universitarios en ingeniería y economía, además de un master en administración de negocios. Su manejo de información e interpretación de bases de datos es fundamental para el éxito de los Astros.
Sus datos no sólo permitían conocer a los rivales, sino poder trabajar en las áreas de mejora de sus propios jugadores. Así, Dallas Keuchel, quien daba más bases por bolas que ponches, ganó el Cy Young de 2015.
No digamos la elección de prospectos del Draft, como el abridor del Juego 7 de la Serie Mundial, Lance McCullers Jr., que pasó de largo en 40 selecciones antes de ser tomado por los Astros.
Todo cobró sentido la noche del 1 de noviembre de 2017 en Los Angeles, la misma ciudad a la que llegó a vivir después de pasar su infancia y adolescencia en México, la misma a la que llevó a su familia a refugiarse por Harvey. La segunda ciudad con más mexicanos en el mundo.
Como si fuera obra del destino.