Mundial Rusia 2018

    Los "Otros" de 'les banlieues' | El pantanoso tema de la cohesión social tras el bicampeonato de Les Bleus

    La coronación de Francia ante los croatas alimentará y celebrará el discurso multicultural por varias semanas, quizás meses. Pero la apertura podría ser un espejismo, como sucedió hace ocho años.


    Por:
    TUDN

    MOSCOW, RUSSIA - JULY 15: Kylian Mbappe of France celebrates with the World Cup trophy following the 2018 FIFA World Cup Final between France and Croatia at Luzhniki Stadium on July 15, 2018 in Moscow, Russia. (Photo by Matthias Hangst/Getty Images)

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    MOSCOW, RUSSIA - JULY 15: Kylian Mbappe of France celebrates with the World Cup trophy following the 2018 FIFA World Cup Final between France and Croatia at Luzhniki Stadium on July 15, 2018 in Moscow, Russia. (Photo by Matthias Hangst/Getty Images)

    Cuando la selección francesa de fútbol quedó fuera en la fase de grupos del Mundial de 2010, la retórica que se propagó como las críticas mismas, tras su penosa actuación en la que no lograron una sola victoria, colocó como eje central del fracaso los diferentes matices raciales y culturales de algunos de sus seleccionados.

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    Ocho años después, la aceptación de la multiculturalidad por parte de la sociedad francesa parece pasar, en menor o mayor medida, por el equipo nacional y sus hijos de les banlieues o suburbios y zonas marginadas que, como en 1998 de la mano de Zinedine Zidane, le han dado a los galos el bicampeonato de los pies de Kylian Mbappé en Rusia 2018.

    Sin embargo es tan corto el júbilo y la tan largo el gérmen de la intolerancia y el racismo.

    Tras el fracaso en Sudáfrica 2010, el debate de la "pigmentocracia" de Les Bleus golpeó con todo a los jugadores y a la sociedad francesa.

    El escándalo entre Patrice Evra y el cuerpo técnico, provocado supuestamente por un conflicto que no tenía nada que ver con el tema deportivo, despertó todo tipo de prejuicios basados en estereotipos raciales. Los comentarios que acusaban a los jugadores franceses de ser un grupo de futbolistas aburguesados y caprichosos adquirieron rápidamente un tono racista y despectivo.

    Alain Finkielkraut, intelectual francés y líder de opinión pública, condenó el conflicto desatado en el vestidor y acusó a algunos jugadores de "mafiosos", hasta el punto de afirmar que se regían bajo un código moral muy diferente al del ciudadano francés promedio.


    Finkielkraut advirtió que el equipo francés ideal debería estar conformado por "caballeros" y que era hora de dejar de convocar a "vagos arrogantes y carentes de inteligencia", además de cuidar "las divisiones étnicas y religiosas que afectan al equipo".

    En los círulos de la política, Marine Le Pen, líder del entonces llamado Frente Nacional de Francia (Front national) —ahora conocido como Agrupación Nacional ( Rassemblement national)— comentó que el fracaso del seleccionado francés se debió a la supuesta "doble nacionalidad" en el corazón de los jugadores.

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    El estigma social del "Otro" también cobró forma en los esfuerzos discriminatorios para limitar el número de jóvenes árabes y africanos en los programas de formación. El estereotipo del jugador blanco racional y sereno se erigió una vez más sobre aquel del jugador de tez más oscura con carácter indomable y poca inteligencia dentro del terreno de juego.

    El bicampeonato de Les Bleus en Rusia 2018, y su consecuente discurso halagador de una Francia que celebra las diferencias del "Otro", corre el riesgo de tomar el mismo rumbo de hace ocho años cuando el júbilo y las celebraciones llegen a su punto más bajo.

    Irónicamente, tal como sucedió en el 98, un niño de los suburbios de París de nombre Kylian Mbappé fue uno de los responsables de llevar a Les Bleus a poseer la máxima gloria en el balompié de selecciones por segunda ocasión.

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