Así, no. Así no merecía irse Claudio Ranieri, así no tenía que salir de un club que puso en el mapa futbolístico, así no se debían hacer las cosas. Así no, así no Leicester City.Se entiende que en los tiempos modernos, resultados son amor y dinero, pero queda claro que en el futbol la memoria cada vez es más corta, con atrevimiento a decir que es poquísima.Claudio Ranieri no enseñó nada nuevo, solamente puso en práctica la base más importante de cualquier deporte en conjunto: TRABAJO EN EQUIPO.Si alguna vez me preguntan sobre un cuento de hadas vuelto realidad hablaré del Leicester City y su título en la Premier League, con final feliz, pero con una segunda parte horrorosa.Sí, Ranieri tenía al equipo peleando descenso a 9 meses de ser campeón, en su cruda realidad y para lo que fue contratado en principio, eludir la Championship (segunda división).¿Esperaban el bicampeonato? Yo no. No por que jugadores se fueron, por que los demás equipos supieron cómo descifrarlos y por que las manecillas dieron las 12, el encanto se acabó.Vivos en Octavos de Champions League, eliminados de copas locales y puesto 17 de la Premier, ¿elementos suficientes para el cese? Quizá si, pero al menos yo lo hubiera mantenido hasta el final a Ranieri, por agradecimiento.Sacó jugo de jugadores desconocidos, los cotizó, enamoró al mundo del futbol, hizo que cada fin de semana la gente los viera pensando que caerían y al final del camino, esa misma gente aplaudió y festejó un título inimaginable, incluido yo.En estos tiempos donde el dinero gana campeonatos, daba gusto ver a un puñado de "obreros" vencer a los poderosos, ver a Davids derrotando semana a semana a Goliats.Ya lo dijo Mourinho: "nadie puede borrar la historia que escribiste".Gracias a Claudio Ranieri y a sus jugadores por demostrar que el futbol no es solo ir tras un balón, es más que eso. El futbol da oportunidades únicas, momentos, historia y gloria.Gracias por hacer lo imposible, posible.
Por:
Antonio Quiroga.
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Toño Quiroga
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