Opinión Deportes

    Xavi Sol | Mundial de los Campeones

    El Mundialito dejó bien en claro que futbol y política casi siempre van de la mano.


    Por:
    TUDN


    El 10 de enero de 1980 la selección de Uruguay se proclamó Campeona de la Copa de Oro al derrotar a Brasil en el lugar en donde toda la historia del más prestigioso torneo de futbol mundial comenzó medio siglo atrás, el Estadio Centenario de Montevideo.

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    El torneo recordado como “El Mundialito” se celebraba en casa, 50 años después de ese primer mundial de 1930 y justo 3 décadas después del famoso “Maracanazo”.

    Esta disputa fue engalanada por los países campeones mundiales, Uruguay, Italia, Brasil, Argentina, y Alemania. Pero como Inglaterra se negó a participar en el torneo, en su lugar compitió Holanda, que era el subcampeón de los últimos dos mundiales, 1974 y 1978.

    Holanda estaba en plena transición, casi traumática entre su “Naranja Mecánica” de los 70 y la posterior de finales de los 80.

    Italia presentaba la base de la Eurocopa, que luego le llevaría a la gloria en España 82. Su base con jóvenes como Franco Baresi y Carlo Ancelotti, así como el goleador Roberto Pruzzo.

    Alemania venía de ganar la Eurocopa de Italia, desplegando un juego espectacular. A excepción de Schuster, presentaba a todos los jugadores claves del campeonato europeo, Müller, Bonhof y el último galardonado con el Balón de Oro, Karl-Heinz Rummenigge.

    Argentina, campeón del mundo en 1978, y juvenil del 79, era el candidato #1. Estrellas como Fillol, Passarella, Ardiles o Kempes, se reforzaban con los juveniles Ramón Díaz y Diego Armando Maradona, sin duda, el favorito al título.

    Brasil, sin Zico, con un equipo de jugadores del campeonato brasileño, Sócrates, Toninho, Junior, Tita, Óscar y Eder.

    Por último Uruguay, dirigidos por el legendario exguardameta Roque Gastón Máspoli. Jugando en casa, no se dejó nada. Presentó a sus mejores jugadores, destacando su goleador Victorino.

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    Jorge Walter Barrios anotó el primero para los locales al minuto 50’ Sócrates igualó para Brasil de penal al 62’. Waldemar Victorino puso el 2-1 definitivo para los uruguayos al 80’.

    “Uruguay, Uruguay, Uruguay, se va a acabar, se va a acabar la dictadura militar cantaron con júbilo los miles de hinchas en las tribunas del Centenario de Montevideo.

    Así pues, de la misma manera que gobierno argentino usó el mundial de futbol de 1978, Uruguay tuvo lo propio con el Mundialito del 80, justo en la fecha cuando la dictadura buscaba perpetuarse en el poder charrúa eternamente.

    El Mundialito dejó bien en claro que futbol y política casi siempre van de la mano y que nada mejor que un deporte de masas para calmar a las fieras cuando parece que todo va a sucumbir.

    En este mundo las cosas parecen ser así. Futbol y política, política y futbol. Una relación que se retroalimenta para bien y para mal. En la cancha, Uruguay obtenía el trofeo, fuera de ella, tanto el gobierno como la silenciosa y silenciada oposición encontraban méritos para apropiárselo.

    Al grito de Gol, los saludó Xavier Sol.
    La comunicación siempre abierta.

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