FIFA

    Capítulo cuatro: El Mundial de Norteamérica; lo futbolístico

    Estados Unidos, México y Canadá buscarán organizar el Mundial del 2026 de manera conjunta, pero no todo es color de rosa. Analizamos los pros y los contras del evento.


    Por:
    TUDN

    México y Estados Unidos mantienen una enconada rivalidad futbolística en la Concacaf.

    Imagen Mexsport
    México y Estados Unidos mantienen una enconada rivalidad futbolística en la Concacaf.

    Por Omar Carrillo H.
    @OmarCarrilloHH

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    El fútbol es un tipo de ‘enfermedad’ virulenta y encimosa, que tiene ‘ritos’ y después aún más ‘ritos’, pero el más grande de todos ocurre cada cuatro años.

    Atiende entonces el mundo a un balón que puede rodar a favor o en contra, pero al que no le pierde detalle.

    El balompié también es economía, infraestructura, política y todo lo que tiene que ver con lo social, pero su esencia siempre está sobre el césped.

    Estados Unidos, México y Canadá han presentado una propuesta para marchar juntos por la candidatura de la Copa del Mundo del 2026.

    Y desde lo futbolístico, todo parece de lo mejor, de una manera u otra, para las tres selecciones que tienen, finalmente, tres niveles distintos de fútbol y afición.

    Canada, un fútbol emergente

    Canadá es el menos tradición futbolística. Sus mejores clubes se incrustan en las ligas profesionales de los Estados Unidos.

    En la MLS militan el Vancouver Whitecaps, el Toronto FC y el Montreal Impact y en la North American Soccer League el FC Edmonton. Su principal liga es la Canadian Soccer League y es semiprofesional.

    Su mejor momento a nivel de clubes se presentó en la Liga de Campeones de la Concacaf del 2015 cuando el Montreal Impact alcanzó la final, aunque cayó finalmente con el América de México.

    A nivel de selecciones, solo ha conseguido clasificar a una Copa del Mundo, México 86, y perdió sus tres duelos (ante Francia, Hungría y la Unión Soviética).

    Ha organizado tres torneos de FIFA. El Mundial Sub 17 en 1987, el Sub 20 en el 2007 y el femenil en el 2015 -en esta categoría tiene su mejor actuación a nivel de selecciones con el cuarto sitio en el 2003-.

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    Pese a todo, Canadá es el único país que ha conseguido romper con la hegemonía de México y Estados Unidos en la Copa Oro. Ganó el evento en el año 2000 y ese es su mayor hito a nivel de selecciones.

    Desde hace algún tiempo, se viene hablando de la posibilidad de crear la Canadian Premier League que sería el primer torneo de Primera División integramente canadiense en muchos años.

    Sin embargo, el proyecto que estaba programado para iniciar en el 2018, no termina de concretarse.

    Como ya ocurrió con el Mundial de Estados Unidos 94, la Copa del Mundo (aunque sean 10 partidos) podría ayudar a consolidar de una buena vez por todas el fútbol como deporte profesional en aquella tierra.

    Por supuesto que ello también ayudaría a sentar las bases para una mejor selección nacional, que ahora mismo depende de los jugadores canadienses que militan en la MLS y de las decisiones que ésta toma.

    Estados Unidos por la elite

    Estados Unidos ha entrado de lleno al mercado importante del fútbol. La competencia del 94 le dio el empujón definitivo que necesitaba, luego de varios intentos.

    En el 2016, se cumplieron 20 años del inicio de la Major League Soccer (MLS) y su crecimiento no se detiene.

    Ahora mismo cuenta con 22 equipos y muy pronto serán 24 con la inclusión de Los Angeles FC y un equipo en Miami.

    Ya se da el lujo de contratar figuras del calibre de los italianos Andrea Pirlo o Sebastian Giovinco o del español David Villa o el mexicano Giovani dos Santos.

    Y la afición crece día con día. El fútbol, desde hace algún tiempo no es más un deporte de mujeres ni exótico en tierra estadounidense.

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    En 1998, la federación trazó un plan a seguir para que en el 2010 el Team USA fuera campeón del mundo. No lo consiguieron, pero ese detalle da una idea del objetivo con el que trabajan diariamente la MLS y la US Soccer.

    Hay que recordar que el equipo de las barras y las estrellas es el conjunto de la Concacaf que ha tenido un mejor sitio en la competencia, tercero en Uruguay 1930 y que asiste a todas las Copas desde Italia 90.

    Los Canguros se han puesto los guantes de box para pelear contra Estados Unidos, Canadá y México por la sede mundialista 2026.
    El romance entre Australia y el fútbol inició en 1988 con la inauguración en Sydney del primer estadio con cancha rectangular para este deporte.
    En el 2009, la federación australiana detalló un plan para albergar el Mundial 2022, el cual fue ganado sospechosamente por Qatar.
    El plan estipulaba 12 ciudades sede desde Sydney hasta Melbourne pasando por Perth: únicamente se construirían dos estadios nuevos.
    Y es que la infraestructura ya estaba construida: Australia es un país con una gigantesca cultura deportiva.
    No obstante, la cultura deportiva australiana era dominada por el rugby, deporte en el que su selección, 'Los Wallabies', es potencia mundial.
    En Canberra, el único estadio con cancha rectangular tiene capacidad para 25 mil asistentes y ahí el plan precisaba la construcción de uno nuevo.
    Al Melbourne Cricket Ground le caben más de 80 mil aficionados y tiene cancha oval para la práctica del cricket.
    El fútbol en Australia puede beneficiarse aún más de la pasión polideportiva de su gente ¿cómo hacer para darle ese 'empujoncito'?
    Respuesta: con la Copa del Mundo de la FIFA. Pero primero habría que armar una selección competitiva que lograse calificar a las citas mundialistas.
    Tras más de 30 años sin ir al Mundial, Australia dio la sorpresa eliminando a Uruguay en Sydney para ir a Alemania 2006.
    Entonces Australia enloqueció por el fútbol. Los estadios del ovoide del rugby se convirtieron de pronto en estadios para el balón esférico del número 5.
    'Los Socceroos' son capaces de llevar tanto colorido a los Mundiales de fútbol como 'Los Wallabies' lo llevan a los de rugby.
    Los Canguros no renunciarán a su sueño mundialista sin antes luchar.
    Para que la afición por el fútbol no decayera, Australia debía apostar fuerte: cambiar Oceanía por Asia.
    Tras Alemania 2006, los australianos se mudaron a la confederación asiática, donde había otras selecciones emergentes como Japón o Corea del Sur.
    Teniendo espectaculares recintos con capacidad para más de 50 mil fanáticos, como en Brisbane, los Canguros lucharían contra los Tigres de Asia.
    La Copa Asiática 2015 fue todo un éxito de organización. Fue un evento sobrio donde el fútbol fue lo importante.
    El torneo continental además sirvió para comprobar que hay otro gigante cuyo amor por el fútbol comienza a despertar: China.
    Para aficiones multitudinarias y pasionales, como la japonesa, viajar a Australia es más sencillo que ir a Europa o a Norteamérica.
    La Copa Asiática 2015 fue la prueba final para Australia. Debían ganarla sí o sí para comprobar el crecimiento.
    Y lo lograron. Un país que solía ser fácilmente eliminado en los repechajes ante los equipos de Sudamérica de pronto se volvió un hueso muy duro de roer.
    Australia aún no tiene genios individuales del fútbol, pero como en el rugby, el equipo es lo más importante.
    Un equipo que no había ganado nada finalmente alzó su primer título y estará en la Copa Confederaciones 2017 de Rusia.
    Australia es una escuadra de jugadores 'millennials' (como Massimo Luongo) y quiere la primera Copa del Mundo en Oceanía en el Nuevo Milenio.

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    Imagen Getty Images.
    Los Canguros se han puesto los guantes de box para pelear contra Estados Unidos, Canadá y México por la sede mundialista 2026.

    Un nuevo Mundial en casa, con el trabajo de organización y la disciplina que requiere -así como la inversión que exige a todos los niveles-, es muy probable que le consolide entre la elite del fútbol del planeta.

    Serían nueve años de trabajo e inversión, de promoción y de exposición. Las nuevas generaciones ya tienen ídolos y ejemplos a seguir en el fútbol estadounidense. Lo que hace que cada vez se empiece a trabajar a edades más tempranas con los niños. Ese es el último paso que necesitan.

    Serían nueve años para prepararse para por primera vez buscar de manera seria y con posibilidades reales, ser campeones del mundo.

    México, la incógnita

    Al fútbol de México, en general, se le han hecho pocos los 10 partidos que la candidatura conjunta entre las tres naciones le ha ofrecido, pese a que la realidad le marca otra cosa.


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    Y es que el balompié en aquella nación se ha vuelto, de alguna manera, obsesivo y contradictorio con sus maneras futbolísticas.

    Quieren ser campeones del mundo sin siquiera haber llegado a un quinto partido fuera de casa en una Copa del Mundo.

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    Tiene unas fuerzas básicas excelentes que le han llevado a ganar dos veces el Mundial Sub 17 (Perú 2005 y México 2011) y una más a la final (Emiratos Árabes 2013) y al mismo tiempo copan la Liga MX de extranjeros sin darle salida a los talentosos chicos.

    En la Liga MX, al parecer buscan seguir el modelo español de que entre la calidad, los mexicanos que destaquen serán de primer nivel y dignos de competir entre los mejores. Pero han pasado por alto que con ese mismo modelo, Inglaterra no ha ganado nada.

    Pese a todo, el fútbol mexicano tanto en clubes como en selecciones es el mejor de la Concacaf y por mucho.


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    Asiste a todos los Mundiales desde Estados Unidos 94 y junto a su vecino del norte domina la Copa Oro de la región. Y por mucho, la Liga de Campeones de la Concacaf.

    Ha sido anfitrión de dos Copas del Mundo anteriormente (70 y 86), pero ninguna de ellas hizo diferencia en su fútbol.

    A Alemania 74 no se clasificó y a Italia 90 no se asistió por una suspensión de todas las competencias de FIFA por incluir jugadores mayores en una selección con límite de edad.

    Así que prácticamente debió empezar de cero luego de sus dos Copas.

    Por lo tanto, no está claro (más allá de la localía y el envión del apoyo de una afición desbordada siempre con el Tri, por supuesto) como le beneficiaría, futbolísticamente hablando, un tercer Mundial.

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