Opinión Deportes

    Hugo Salcedo | Juan Román Riquelme, el argentino “pecho frío”

    Los que solo siguieron su carrera desde resúmenes se perdieron al crack, al talentoso y genio.


    Por:
    TUDN


    Es sin duda el último gran 10 del fútbol mundial, el mediocampista excepcional que tuvo momentos de esplendor en cada uno de los clubes y selecciones que integró.

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    Su formación futbolística fue en Argentinos Jrs., el “semillero del mundo” como se le conoce, sin embargo fue en Boca Jrs. donde debutó profesionalmente en 1996 portando el número 8.

    Fue inmediato su impactó con una de las aficiones más exigentes del mundo del fútbol, era un deleite ver a un joven con esas condiciones, inteligente, rápido, con desbordante técnica individual y una capacidad asombrosa para hacer trascender las jugadas desde su visión y precisión.

    La historia de Román, Boca y el fútbol argentino, cambió con la llegada a la dirección técnica de Carlos Bianchi. Con el 'Virrey' comenzó la etapa más ganadora en la historia del club.

    Riquelme fue pieza clave en los récords, títulos nacionales e internacionales. Es imposible no recordar las Copas Libertadores conseguidas en 2000 y 2001 donde no rehuyó a la responsabilidad de ejecutar penaltis cargados de presión extrema.

    ¿Que tal aquella final histórica de Mundial de Clubes con el Madrid de los Galácticos? El goleador fue Palermo, pero la figura del partido fue sin duda Román, el mundo entero vio aquella noche japonesa el juego y el "pecho frio” volvió a responder.

    Consolidado como uno de los mejores jugadores del continente llegó a Barcelona donde jugó únicamente una temporada, era imposible pensar que podría tener una etapa brillante si desde el mismo día de su llegada el director técnico Louis Van Gaal manifestó su descontento con la contratación.

    Él no lo había pedido y en cada oportunidad que tenía siempre se refería negativamente al argentino.

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    Hizo todo lo necesario para que no luciera, al punto de ubicarlo incluso en un puesto defensivo.

    Su transferencia al modesto Villarreal en España se concretó y llegó para también cambiar la historia de club. Con él como estandarte del medio campo vivieron su etapa de mayor esplendor en la historia.

    ¡En la antesala de la final de Champions! Y sí, habrá quien aún diga que el fallo aquel penal clave, sin su presencia era imposible que el “submarino amarillo” llegara a semejantes instancias.

    En Villarreal pocos lo recriminan por aquella falla, al contrario le tienen el más grato de los recuerdos.

    En 2007 se concretó su regreso a Boca Jrs. Nuevamente el “pecho frío” fue el guía para la Copa Libertadores conseguida como visitante en Porto Alegre frente a Gremio.

    Es difícil recordar una final continental en la que un sólo jugador fuera tan determinante para el título.

    Con el seleccionado albiceleste también vivió etapas que lo confirmaron como un crack, aquel título sub-20 conseguido en Malasia 1997 o la medalla dorada de Beijing 2008, un evento en el que la figura no fue ni Ronaldinho, ni tampoco Messi, el mejor del evento fue otra vez “el pecho frió”.

    Únicamente disputó el mundial de Alemania 2006, fue el 10 del equipo, sin embargó el día de la eliminación en penaltis ante los anfitriones inexplicablemente Pekerman lo había retirado del juego antes de la definición.

    No pudo buscar su revancha ante el arquero aleman Jens Lehman, a quien había sufrido en aquella semifinal con Villarreal, así y todo dejó su sello en aquel partido ya que fue él quien puso la asistencia para el único gol argentino.

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    Este es el último 10 del fútbol mundial, el crack, el talentoso, el diferente, el genio o bien para los que siguieron su carrera únicamente desde los resúmenes “el pecho frío”.


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