Han sido semanas y meses de incertidumbre que fueron transformados en esperanza con las continuas declaraciones de Joan Laporta asegurando que el acuerdo con Lionel Messi tendría un final feliz.
El día más triste para el barcelonismo
Sin previo aviso, la ilusión por volver a ver a Lionel Messi con el Barcelona se terminó. Estamos viviendo una parte histórica del futbol.
Hoy, de golpe y porrazo, sin mayor aviso, la ilusión se desvaneció. Estamos viviendo las primeras horas del día mas triste del barcelonismo. Comparable como cuando pierdes algo que nunca recuperarás en la vida.
Es difícil describir lo que Messi transformó al FC Barcelona. Y no, no es un tema estadístico pues los números y los trofeos van a quedar para la posteridad. Eso es un legado. Hablamos de cómo una persona transformó a una institución, a su manera de vivir y su manera de pensar.
Messi cambió la percepción de un equipo que durante décadas vivía a la sombra del Real Madrid como el antagonista de la historia. La filosofía de club que servía como teoría al juego bonito pero que no se representaba en campeonatos se transformó en la realidad que deriva en que el FC Barcelona es ‘Más que un club’.
Con Lio, todos querían jugar. Con Messi, todos querían llegar al Barcelona. Y si no lo deseaban, al menos se lo planteaban. Jugar ante los blaugranas era jugar contra la Pulga y el temor de tenerlo que sufrir mientras lo disfrutabas.
Han sido años de ensueño. De triunfos y de épica, de un estilo consolidado con un líder que para muchos es el mejor jugador de la historia. De un equipo de ensueño galardonado como el que mejor futbol realizó.
El Barcelona nunca volverá a ser el mismo. Es obligatorio señalar con el dedo claramente a quienes hicieron posible que Lionel Messi hoy no vuelva a vestir más de blaugrana. Porque esa decisión no es más que un cúmulo de responsabilidades y decisiones erróneas que llevaron a que el argentino esté fuera.
Y ahí, los culpables cargarán eternamente con la responsabilidad que el mejor futbolista de la historia del FC Barcelona no se retire en la institución. No es culpa de Messi, tampoco de su padre, ni de Koeman y su proyecto o del propio Joan Laporta. Que miren a los que llegaron y se fueron despedidos con la vergüenza de una moción de censura. ¡Qué pena por ellos!
Se cierra el libro. Se leen las últimas partituras de la canción. Hoy toca mirar al pasado reciente y recordar cuál fue el último juego d e Messi con la playera del Barcelona. A partir de hoy toca vivir de los gratos recuerdos que dejó Messi y pensar en el futuro sin él para no caer en la era previa a la del argentino.
Sabíamos que este día iba a llegar. Pero no nos preparamos para que fuera así. Qué día para el barcelonismo, sin duda, el más triste.